Monday, November 30, 2009

El respeto

En todo momento los niños reciben información y muchas veces esto ocurre sin que nosotros nos percatemos. Ellos nos perciben como sus grandes héroes o modelos a seguir; por eso es importante que como padres, revisemos los mensajes que enviamos y empecemos por respetar para ser respetados. Es necesario fortalecer la cualidad del respeto a través de conductas que inculquen la amabilidad, la confianza, la honradez, la responsabilidad y la justicia.

Predique con el ejemplo, valórese y respétese usted mismo. Trátese con amor, quiérase, cuídese y no se juzgue con descalificativos cuando algo le salga mal. Reconozca sus errores de manera menos infantil. Esto ayudará a que su hijo también aprenda a respetarlo y aprenda a tratarse a sí mismo con respeto cuando sea él quien cometa algún error.

Evite decirle frases como:"No sirves para nada", " ¿Cuántas veces tengo que decirte…?" o "No sé qué hacer contigo". Recuerde que estos descalificativos lo llevará a una baja autoestima, lo desmoralizará y por consecuencia perderá el respeto hacia sí mismo. Mantenga la calma, dígale las pautas de manera clara y sencilla para que el niño las siga. Hágale saber que sus acciones tienen consecuencias, pero que sus esfuerzos ameritan refuerzos positivos y motivaciones. Conserve una comunicación respetuosa ante toda crisis. Recuerde que es importante que el niño se valore y se respete para que aprenda a tener relaciones sanas consigo mismo y con las demás personas. Esto le ayudará a no ser presa fácil de los niños hostiles ni caerá fácilmente en las padillas que se dedican a irrespetar las propiedades ajenas y a las personas.

Los niños deben aprender a sentir agrado hacia sí mismos y por los demás. Si bien es cierto que todos somos diferentes, también tenemos virtudes y talentos diferentes. Mantenga la cortesía, no desprestigie a las personas por las apariencias y recuerde ser cortés y respetuoso en todo momento. Verá que la vida será menos estresante y más agradable. Evite promover o involucrarse en conversaciones llenas de chismes que sólo descalifican a los demás. El niño está presente y está recibiendo el mensaje erróneo de que el respeto por los demás no tiene ningún valor. No haga leña del árbol caído cuando sepa que otra persona está pasando por un mal momento. Muestre respeto ante la desgracia ajena, hágale ver a su hijo si esta situación es a causa de una mala decisión, reflexione y utilice el momento para analizar los caminos más adecuados que podrían seguirse para salir de la crisis. Esto le enseñará a integrarse adecuadamente en sus grupos de amistades y a entender el valor del respeto.

Si un padre va llevando a su niño hacia la escuela y tiene cierta prisa por llegar, quizás no note el mensaje erróneo que le envía a su hijo cuando atraviesa su auto de manera agresiva y simultáneamente lanza frases de tonos subidos contra un señor ya entrado en edad y que se encuentra legalmente en su fila. ¿Qué mensaje le estará mandando a su hijo? ¿En dónde queda la cortesía? ¿El respeto a las leyes de tránsito? ¿Las normas del buen ciudadano? Recuerde que este niño crecerá y será el conductor del mañana.

Sonría, ceda el paso, salude al vecino, ayude a alguien, sostenga la puerta del ascensor o de la entrada a la oficina, exprésese con agrado acerca de las cualidades o virtudes de otras personas. Enséñele a su hijo a sentir respeto, tolerancia hacia la diversidad y agrado hacia los demás. Verá como estas conductas forjarán las bases para la integración social y emocional del niño.


 

Thursday, November 26, 2009

Maneras simples de motivar el arte

Veamos algunas maneras simples de motivar el interés hacia al arte y convertirla en parte esencial del desarrollo del niño.

  1. Motive al niño a formar parte de los clubes escolares, de grupos comunitarios o de la iglesia (teatro, coro, danza, etc.)
  2. Vea en familia programas o películas relacionadas con el arte.
  3. Disfruten en familia de una obra de teatro, aprendan a tocar un instrumento o disfruten de la danza.
  4. Regálele discos de música, afiches, tickets para el teatro, equipos para pintar (acuarela, oleo o carboncillo), sets de manualidades, etc.
  5. Disfruten en familia de las artes. Cante, baile, pinte, construyan esculturas en el jardín con materiales desechables o con recursos de la naturaleza (pintar rocas, hacer cestas con ramas, etc.)
  6. Compre revistas de ideas para hacer en el hogar. Motive a su niño, involúcrelo, hagan proyectos juntos,
  7. Vaya al teatro, expóngalos a diversos tipos de museos, música, festivales internacionales o culturales, exhibiciones en museos locales, conciertos diversos, sinfonías, jazz, ballet, danzas étnicas, bailes de diferentes origen cultural como español, griego, chino, latino, americano, etc..
  8. Disfruten juntos y aprecien el arte de cada una de las generaciones. Ríanse al ver cómo el arte ha evolucionado con el pasar de los años y admiren aquellos aspectos que han permanecido intactos o inmortales.
  9. Planifiquen un viaje y lean acerca de la historia del arte en esa zona, lugar o país. Tómese unas paradas obligadas en los sitios más artísticos de la zona y averigüe sobre los festivales y las celebraciones que se acercan a la fecha en que piensa viajar y trate de coordinar para presenciarlos.
  10. Invítelo a interactuar con personas de otras culturas, enséñelo a ser prudente y a aceptar cómo los demás pueden ver el arte dependiendo de sus orígenes o experiencias.
  11. Apóyelo cuando tenga que hacer una presentación en la escuela. Asista, felicítelo, no lo limite con críticas innecesarias. ¡Recuerde seguir siendo el primero en la fila con su cámara filmadora!
  12. Vaya a la biblioteca y busque libros que expongan diversos tipos de cultura, literatura, festivales alrededor del mundo, biografías de grandes artistas, etc.
  13. Infórmese a través del periódico o del internet, las noticias actuales que estén relacionadas con el arte. Compártalas con sus hijos. ¡Se sorprenderá al ver que el arte se mueve! Que no es tema de fantasmas ni de ruinas. Aprecie la historia y valórela, pero sepa que el arte sigue ¡VIVO!
  14. Apoye el programa de arte que ofrece la escuela de su hijo. Comprométase a ser un padre activo en este aspecto. Ayude a la donación de materiales, recolección de fondos y promueva eventos como miembro de la asociación de padres y representantes.
  15. Contacte a las organizaciones de arte que está en su ciudad, infórmese de los diversos programas que ellos ofrecen.
  16. Enriquezca el currículo escolar fuera de la escuela y dele a su niño la oportunidad de conectar los conocimientos académicos con la parte vivencial, por ejemplo: si está aprendiendo sobre los animales carnívoros y herbívoros, llévelo al zoológico, al museo, hagan canciones para que recuerde, dibujen los animales, hagan esculturas de plastilinas, etc.
  17. Ofrézcale al niño la oportunidad de expresarse a través del canto, el dibujo, la danza, etc. No busque la perfección, relájese y disfrute.
  18. Regálele una cámara fotográfica y enséñele a tomar fotografías. Esta es una manera llamativa de iniciarlos en el arte. Asígnele ciertas fotografías relacionadas con el lugar que van a visitar o conocer. Motívelo a tomar fotografías de la naturaleza, de la ciudad, etc.
  19. Comuníquele las opciones, guíelo a decidir la actividad que desea disfrutar, permítale que decida pero no lo haga usted por él. El arte es muy amplio, están las clases de pintura, danza, instrumentos musicales, canto, teatro, etc.
  20. Trate de ajustarse a su presupuesto familiar en el momento de escoger una actividad. Recuerde que hay maneras sencillas y económicas.
  21. Si ve que su hijo presenta talento, busque información acerca de las becas que ofrece el estado o las instituciones privadas. Recuérdele que muchas veces estas becas están condicionadas a buenos rendimientos escolares.
  22. Déjelo que experimente las diversas ramas del arte, pero sin olvidar establecer pautas de constancia, responsabilidad y disciplina.


     


 

El arte y la educación

Cuando los niños entran en el jardín de infancia, experimentan actividades que están llenas de arte. Realizan actos escolares en fechas especiales, se expresan libremente a través del baile, las canciones, la actuación de pequeñas obras infantiles y llenan la casa de dibujos que han realizado en la escuela.

Seguramente usted es uno de esos padres que está en primera fila con su cámara filmadora para no perder detalle y también se siente orgulloso con cada dibujo que su niño le da, valorándolo como una verdadera obra de arte.

A medida que el niño avanza escolarmente, el sistema académico va limitando de cierta manera esta posibilidad de estar en contacto con el arte. La necesidad de los maestros por impartir los objetivos que se les exige cumplir en un lapso de tiempo determinado, hace que estas actividades artísticas sean más esporádicas. El alumno empieza la búsqueda de "conocimientos" y deja atrás el espíritu creativo sólo para el "tiempo libre".

Bien sabemos que el arte estimula el desarrollo del cerebro, especialmente del hemisferio derecho, en donde predomina la creatividad, la música, el arte y la imaginación. Veamos el arte no solamente como la educación conceptual sino como un proceso de formación y una forma de expresión. Los niños más grandes y los casi adolescentes, también necesitan ser escuchados por sus padres y reconocidos como en aquellos tiempos de infancia. Es importante que comprendamos todos los beneficios que aporta el arte en el ámbito escolar, social y emocional del niño. Sea un padre "artísticamente activo", aprecie sus estilos, interprete su creatividad y motívelo a expresarse durante todas las etapas de la vida. Verá como esto le ayudará a comunicarse mejor con su hijo. ¡Recuerde que el arte no tiene límites!

Beneficios del arte:

  1. Estimula el desarrollo del cerebro.
  2. Favorece el desempeño académico.
  3. Nos mantiene mentalmente activos.
  4. Desarrolla los sentidos a través del uso de diversos canales (auditivo, visual, kinestésico, etc.)
  5. Desarrolla a creatividad.
  6. Ayuda al niño a entender sus orígenes raciales y étnicos. Fortalece el entendimiento y la aceptación hacia otras razas, cultural y etnias.
  7. Favorece y fortalece la comunicación entre padres e hijos. Especialmente cuando se comparte y se intercambian expresiones artísticas pertenecientes a diferentes generaciones.
  8. Le enseña a descubrir su propio talento, a descubrir sus capacidades y a luchar con sus limitaciones en una forma más relajada.
  9. Ayuda a aflorar y a transmitir sentimientos de forma canalizada.
  10. Enseña a identificar o reconocer las distintas emociones.
  11. Permite la integración del inmigrante al exponer diversas culturas.
  12. Favorece la socialización en los niños, especialmente para aquellos que son introvertidos o discapacitados.
  13. Es un excelente medio de expresión para los niños que presentan retraimiento, limitaciones auditivas y verbales.
  14. Ayuda al desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas creativamente, comunicación efectiva, trabajo en equipo y más.
  15. Motiva al niño a seguir aprendiendo. Se ha demostrado que las artes ayudan a mejorar el desempeño académico en los niños. El arte no discrimina raza, sexo, religión ni edad.
  16. Rompe patrones mentales. A veces se basa en lo absurdo y nos enseña a ser flexibles.
  17. Nos enseña el concepto de la originalidad a través de piezas únicas e irrepetibles.
  18. Permite crear abiertamente y da la confianza a nuestras propias ideas.
  19. Desarrolla la aceptación a la crítica y nos enseña a ser positivamente críticos con nosotros mismos y con los demás. Sensibiliza y conduce a ser más tolerantes, a ser abiertos con nuestra manera de ver y apreciar las cosas. Nos enseña a interpretar y a aceptar los puntos de vista de otras personas.
  20. Favorece la autoestima y la autoconfidencia.
  21. Aumenta la capacidad de concentración.
  22. Nos invita a recorrer la historia, la geografía, nos evoca el pasado y nos proyecta hacia el futuro.
  23. Con la música se desarrolla la capacidad del análisis del sonido, repeticiones, secuencias, principio, clímax, fin. Permite expresarnos con intensidad y ritmo. Estimula la reproducción, la memoria y la conexión o enlace de vivencias.
  24. Es una manera inteligente de usar el tiempo y ayuda a reducir la deserción escolar.
  25. Nos lleva a la búsqueda de una meta, nos expone al aprendizaje de ensayo y error, a la aceptación de los resultados, y al manejo de tolerancia ante las sorpresas.
  26. Permite llegar al conocimiento al mismo tiempo en que se está disfrutando.
  27. Puede llegar a ser su profesión, su trabajo a medio tiempo o simplemente su pasatiempo favorito.

¡Desarrolle el arte de Educar en Positivo!


 

Saturday, November 21, 2009

Mens sana in corpore sano

Los estudios de psicología del deporte han logrado determinar los beneficios que aporta esta práctica al desarrollo académico, psicológico, físico y social en los niños. Cuando hablamos de deporte, no sólo quiero que venga a su mente un gran deportista que representa a un equipo reconocido y de alto rendimiento sino también quiero que piense en el niño común que sale al parque a practicar algún juego con sus amigos y a divertirse.

Si bien es cierto que el costo de las actividades extra cátedra suelen ser una carga más para el presupuesto familiar, tenemos que buscar alternativas para poder brindarles a nuestros hijos la oportunidad de practicar algún deporte.

  • Busque hablar en el plantel escolar de su hijo y pregunte sobre el currículo de educación física que ellos ofrecen. Si su niño asiste a clases de educación física, asegúrese que esté cumpliendo con el programa de manera beneficiosa.
  • Converse con su hijo y busquen juntos el deporte que más se adecua a su personalidad, a sus intereses y a sus capacidades.
  • Plantéese metas realistas y no pretenda que sea un campeón de la noche a la mañana; recuerde que éste no debe ser el objetivo principal.
  • Pregunte a las amistades si tienen hijos que participan en algún deporte y hable sobre sus experiencias.
  • Obtenga información sobre pequeños clubes deportivos que ofrece su ciudad. Suelen ser de bajo costo.
  • Reúna un grupo de padres e hijos y coordinen días deportivos como un plan semanal o de fines de semana.
  • Otra alternativa es la opción de las clases privadas. Aunque le sugiero que tenga en cuenta que esto no debe convertirse en un sacrificio extremo para el bolsillo del hogar, pues las consecuencias podrían ser que usted llegue a exigirle a su hijo que responda como todo un atleta debido al esfuerzo que usted está haciendo al costearlo y el niño sentiría esta presión sobre sus hombros. Si usted lo paga, sepa que es responsabilidad del padre y no del niño.
  • No descarte la posibilidad de aplicar para una beca deportiva si su hijo se destaca en el deporte, hay grupos empresariales que suelen ofrecer esta ayuda si se cumple con los requisitos pautados.

Algunos padres confunden el objetivo real del deporte y utilizan a sus hijos como amuletos de ingreso a clubes "sociales" en donde ellos pueden lucirse de los logros de sus hijos y sentirse seguros de ser aceptados en tan exclusivo grupo de amistades, pues todos los demás padres están allí y no desean verse menos. Debemos estar claros que el beneficiado tiene que ser el niño, que el deporte que practique tiene que ser de su gusto. Recuerde que buscamos una actividad y un ambiente sano para fortalecerlo física y emocionalmente.

El buen entrenador, ve al niño como un todo y entiende que también necesita de los padres para hacer el verdadero equipo. Reconozca al entrenador como un maestro a pesar que no esté dentro de un aula. Tenga una buena comunicación, cuéntele sobre su hijo, háblele de su personalidad y de su desempeño en las demás clases. Dígale si le preocupa alguna conducta como: cambios drásticos de hábitos alimenticios, abuso de sustancias, nuevas amistades que generen malas influencias, cambios de personalidad (agresividad, depresión, ansiedad, etc.).

Trate de asistir con constancia y disciplina a las prácticas. No le exprese estrés al niño, aun cuando bien sabemos que es una rutina más para los padres el llevarlos y recogerlos de sus actividades. Aproveche estos momentos para conversar acerca de cómo se sintió durante la práctica, motívelo y dígale lo bien que va progresando. Evite conversar en tono de reclamos sobre por qué no ejecuto esto o lo otro, por qué no metió el gol cuando le pasaron la pelota, por qué se dejó pasar por el compañero del otro equipo, etc. ¡Relájese! Usted tiene que mantenerse firme en su rol de padre ante todo y no cruzar erróneamente haciendo el papel de un mal entrenador.

Sugerencia para los padres:

  • Consulte a su médico antes de empezar a practicar cualquier actividad física y solicite un chequeo físico.
  • Sea siempre positivo con su hijo.
  • Escúchelo, guíelo y apóyelo en sus decisiones.
  • Motívelo antes y después de una competencia o partido.
  • No juzgue ni evalúe delante del niño la calidad de su entrenamiento, de su técnica o de sus resultados.
  • No se exprese mal de su entrenador ni permita que el niño lo haga. Si tiene inquietudes, solicítele un momento para conversar y aclarar las situaciones. Mantenga siempre el respeto.
  • No condicione las celebraciones a los resultados obtenidos. Por ejemplo, ir a cenar fuera o hacer algo especial después de la competencia es una buena actividad familiar indistintamente que haya ganado o perdido en el partido de hoy.
  • No utilice el deporte como medio de castigo.
  • Manténgase como espectador y no se interponga en las instrucciones que imparte el entrenador.
  • Deje que sea el entrenador quien imparta la información de los resultados a su hijo, y que sea él quien le explique en dónde estuvo la falla y qué técnica debe aplicar para mejorar.
  • Si su hijo es muy destacado en los deportes, no permita que él utilice esto como comodín para excusarse de su bajo rendimiento escolar.
  • No se convierta en un padre perfeccionista y obsesivo por ver en su niño un nivel óptimo. Esto traerá muchas decepciones por ambas partes; usted se frustrará al no ver en su niño un atleta consumado y sembrará en él la misma frustración. Recuerde que su niño tiene capacidades, pero sea objetivo y reconozca sus limitaciones. ¡Acéptelo aunque no sea el más destacado del equipo y ámelo a su hijo como es! ¡La familia entera debe disfrutar el deporte!

Veamos a continuación, la cantidad de beneficios que nos aporta el deporte y relaciónelos con el beneficio intrínseco que le aporta al niño para su desempeño escolar, personal, familiar y social. Comprenderemos entonces porque decimos "Mente sana en cuerpo sano":

  • Mejora la calidad de vida y el bienestar psicológico.
  • Aumenta el estado de ánimo.
  • Mejora el autoconcepto y por ende la autoestima.
  • Contribuye a lograr una salud mental adecuada.
  • Ayuda a hacerle frente al estrés.
  • Reduce la ansiedad.
  • Desarrolla la inteligencia.
  • Facilita la capacidad de socialización e integración social.
  • Nos hace sentir parte de un grupo que lucha por un mismo objetivo.
  • Facilita la integración de los inmigrantes.
  • Evita las conductas inadaptadas y antisociales.
  • Combate la drogodependencia.
  • Facilita la integración de disminuidos físicos.
  • Ayuda en la lucha a favor de la igualdad entre el hombre y la mujer.
  • Ayuda en la conservación del patrimonio cultural cuando se trata de deportes tradicionales.
  • Mejora el rendimiento académico.
  • Promueve hábitos positivos de ocio.
  • Promueve el juego limpio.
  • Desarrolla la solidaridad.
  • Facilita la extensión del respeto.
  • Nos hace más responsables.
  • Subraya la cultura del esfuerzo.
  • Aumenta el espíritu de superación.
  • Trabaja el autocontrol.
  • Promueve la autodisciplina.
  • Ingresa el niño en la sociedad ya que le enseña a seguir reglas.
  • Ayuda a superar la timidez o a frenar impulsos excesivos.
  • Enseña a ser más colaborador y menos individual ya que se tiene que respetar las normas, los turnos y la autoridad.
  • Enseña a tener responsabilidades y obligaciones que cumplir.
  • Ayuda a coordinar los movimientos.
  • Aumenta su crecimiento físico.
  • Puede corregir posibles defectos físicos.
  • Estimula la higiene y la salud.
  • Nos disciplina al ajuste del horario y el tiempo.
  • Fortalece la capacidad de memoria y atención.
  • Nos ayuda a establecer metas reales.
  • Nos enseña el manejo de emociones: ansiedad, orgullo, felicidad, disfrute, vergüenza, desilusión.
  • Incrementa la velocidad de respuesta.
  • Estimula el desarrollo del campo visual.
  • Ayuda a vencer la timidez al exponernos en público al éxito o al fracaso.
  • Beneficia el desarrollo de: la agilidad, el balance, la noción del espacio, la coordinación motora, la flexibilidad.
  • Fortalece el tono muscular y nuestra parte cardiovascular.
  • Aprendemos el manejo del poder.
  • Nos entrena a reaccionar dentro de un tiempo pautado o establecido. Velocidad de respuesta.
  • Nos enseña a aplicar una metodología para consolidar un plan.
  • Nos enseña la importancia del valor de la ética.
  • Nos enseña a seguir instrucciones.
  • Nos ayuda a enfrentar el idealismo vs. el realismo.
  • Enfrentamos el valor del empeño y la constancia.
  • Podemos aprender historia, geografía y cultura por medio de la teoría del deporte (saber en dónde se originaron los juegos olímpicos, cómo se desarrolló el baloncesto, como se extendió un deporte a otro continente, etc.)
  • Nos ayuda a descubrir y a desarrollar nuestros propios talentos y destreza.
  • Nos exhibe como un buen modelo a seguir.
  • Nos enseña a conocer la composición y función del cuerpo humano.
  • Nos entusiasma y nos motiva a aprender.
  • Mejora las relaciones interpersonales a través de la comunicación y de la camaradería.
  • Potencia la capacidad de concentración.
  • No entrena a estar alerta mentalmente.
  • Aprendemos conceptos de leyes físicas y las aplicamos a nuestra ejecución.
  • Nos invita a aprender la importancia de quererme, cuidarme y alimentarme sanamente.
  • Nos reta a la resolución de problemas.
  • Ayuda a canalizar las energías.
  • Un buen deportista conoce y maneja adecuadamente el código de conductas.
  • Nos enseña a hacer uso adecuado del tiempo libre. Nos aleja del vandalismo.
  • No enseña a estimar, interpretar, predecir, analizar, sintetizar y evaluar una meta u objetivo.
  • Aprendemos a seleccionar las herramientas adecuadas para llevar a cabo un plan.
  • Fortalece el desarrollo de: el pensamiento lógico matemático, la memoria visual, la memoria motora, la coordinación espacial y la secuencia.

Referencias: Foundations of Physical Education and Sport 13th edition Wuest Bucher. WCB McGraw-Hill

Foundations of Sport & Exercise Psychology by Robert S. Weinberg/ Daniel Gould. Humand Kinetics


 


 

Thursday, November 19, 2009

¡Enseñe con buen humor!

¡Empecemos a ver las cosas con buen humor!

A medida que los niños desarrollan el lenguaje también sus capacidades cognitivas van madurando. Comienzan a expresarse y a comprender el sentido del humor.

Debemos ver el humor como una herramienta más para estimular el aprendizaje en los niños y no tomarlo sólo como un momento de inmadurez. Por medio del humor podemos invitar al niño a gozar del aprendizaje al mismo tiempo que lo refuerza. Citemos "Enseñar gozando aprender riendo" (Fernández, y Francia, 1995)

El humor es más complejo y va más allá de la simple trasmisión de contenidos o de situaciones graciosas. Está compuesto de cierto nivel cognitivo, de cierto nivel afectivo y de cierto nivel conductual.

El buen humor o el humor sano suele:

  • Motivar, despertar el interés, crear buena disposición y entusiasmar.
  • Ayudar a establecer y consolidar relaciones de amistad con características sanas, cordiales y de confianza.
  • Ser una herramienta para liberar tensiones y ayudar a desdramatizar situaciones.
  • Promover sensaciones de alegría y placer en compañía de otros. También nos divierte a solas.
  • Ayudar a sobrellevar nuestras propias fallas y a defendernos ante algún adversario sin ser hostiles.
  • Incentivar la búsqueda de la lógica, favoreciendo: el análisis, los conceptos cognitivos, la memoria, la visualización, etc.
  • Estimular la creatividad a través de lo absurdo y el pensamiento divergente.
  • Canalizar las demandas de derechos sociales con tolerancia y trascendencia.
  • Mejorar y agilizar los procesos de enseñanza y aprendizaje cuando se utiliza como herramienta didáctica.
  • Aligerar perturbaciones emocionales, mejorar la autoestima y las relaciones.
  • Crear situaciones absurdas que hacen inolvidable a una experiencia.

Tenemos que diferenciar el buen humor o el humor sano del espíritu burlón. Este último está compuesto de sarcasmos, degradación e intoxica las relaciones sociales. No permita las payasadas o las bromas pesadas, pues esto causa daño a los sentimientos y se debe poner límites claros entre la burla y el humor inteligente. Enséñele a no faltar el respeto, a no ser hostiles, a no ser agresivos y a identificar los momentos adecuados para pasar riendo. No todo es risa cuando se trata de evadir responsabilidades, pero si es bueno reírse de uno mismo cuando se cometen errores tontos. Esto nos ayuda a aceptarlos con cierta ligereza.

El humor sano o el buen humor se caracterizan en cambio por su finura, alegría, serenidad y ecuanimidad. Las personas que gozan de buen humor suelen disfrutar de la alegría y de la salud espiritual; favoreciéndolos a ser pacientes, francos, radiantes, optimistas y acogedores.

Los niños se deleitan con la narración de cuentos que le hacen reír y más allá de disfrutar simplemente las bromas con su niño recuerde que es un medio didáctico de fácil aceptación.

Para verle el humor a una situación hay que comprender el chiste primero, por eso es necesario definir y delimitar los conceptos que están implícitos en la broma. Está comprobado que lo absurdo no se olvida tan fácilmente. Si usted ve una vaca azul en medio de una calle, difícilmente olvidará esa experiencia. Esto mismo le ocurre al niño.

El humor ayuda a llevar el control de situaciones externas y de uno mismo. Reírse o hacer un chiste de una situación, alivia las tensiones y nos reconforta la autoestima

Los niños aman cuando se les invita a descubrir el sentido a una situación irracional y a entender cuando una situación no puede ser real. Buscan encontrar con cierta picardía en dónde está la risa y les encantan disfrutar de películas y libros con episodios humorísticos. Si de algo estamos seguros es que la risa alivia el miedo y libera la ansiedad.

Una vez que aprenden a "contar el chiste" se sienten seguros, su autoestima se acentúa al ser ellos los protagonistas y dueños de toda atención. Su diálogo le ayuda a mejorar su capacidad de expresión oral porque el chiste lleva secuencia, lleva orden, lleva lógica.

El buen humor permite desarrollar la imaginación, el lenguaje, la visualización, la memoria, la lógica, la tolerancia. A través del humor, se pueden exponer ideas y expresar las necesidades de los derechos humanos ante el mundo entero de una manera pacífica.

Actividades que promueven el buen humor:

  • Practique aquellas buenas bromas de su infancia: mirar fijamente, lucha de cosquillas y batallas de almohadas.
  • Relaje el ambiente y ríase con su niño de pequeñeces (como "mira en donde olvidé mis anteojo", jajaja)
  • Disfruten de una buena película familiar que tenga situaciones graciosas o videos cómicos. Conversen o dialoguen para ver si ambos coinciden ver en dónde está la gracia.
  • Cuente chistes mientras estén comiendo, dialogue y comuníquese. Hagan turnos para que cada quien diga algo gracioso.
  • Evite sentirse irritable y busque el humor en situaciones diarias en lugar de reprender, esto le aliviará la tensión y el mensaje de reprimenda llegará a su niño con más aceptación.
  • Jueguen a crear chistes y canciones divertidas.
  • Lea tiras cómicas y caricaturas (manchetas) del periódico. Analicen los contenidos sociales.

Veamos algunas situaciones de buen humor y cómo puede usted invitar al niño a diversos aprendizajes:

  • Yo antes era indeciso, ahora no estoy tan seguro (juego de palabras y vocabulario, secuencia, búsqueda de la lógica).
  • Un gato persigue a dos ratones. Uno de los ratones se para y grita "guau guau" y entonces el gato se aleja corriendo. Los ratones luego se comentan entre ellos. ¿Te das cuenta la importancia de saber dos idiomas? (juego de palabras, visualización, secuencia, lenguaje, búsqueda de la lógica, tonos en la expresión oral).
  • Un hombre que era tan avaro, tan avaro… que no prestaba ni la menor atención (juego de palabras, búsqueda de sentido)
  • Un hombre tan alto, tan alto… que se tropezó el jueves y cayó el domingo (búsqueda de sentido, visualización, concepto de los días de la semana, lógica matemática). En este chiste, se puede buscar calcular: ¿En cuántas horas se cayó el hombre? ¿En qué día caería otro hombre que tenga la mitad de la altura? ¿Cuántos minutos tardó en caerse?, etc.
  • ¿Qué le dijo la luna al sol? Tan grande y no te dejan salir de noche (juego de palabras, conceptos de geografía).
  • Mafalda ve un letrero que dice: "Prohibido pisar el césped" Y se pregunta: ¿Y la dignidad no? (contenido social, vocabulario).
  • -Papá, ¿Cómo se escribe campana? -Como suena hijo. -¿Entonces escribo talán talán? (juego de palabras, reglas ortográficas, darle la adecuada expresión oral al decir el chiste)

Reflexiones sobre el buen humor:

  • Enseña a los profesionales a ser más próximos frente al otro y a (desdramatizar) poder reírse de uno mismo sin tomarse demasiado en serio (BRüCK, 1988).
  • Fomenta en las personas la auto-aceptación y el anti-perfeccionismo. Impulsa la tolerancia a la frustración (ELLIS, 1981).
  • Relativiza la realidad. Modifica la perspectiva de un problema (KUSHNER, 1990). Sitúa las cosas desde su justa perspectiva.
  • Restablece las verdaderas dimensiones de lo humano (CABODEVILLA, 1989). Aplaca nuestro orgullo y alivia nuestra destemplanza.
  • Ayuda a solucionar problemas de la vida cotidiana (KLEIN, 1988). Ayuda a adaptarse al cambio con rapidez e ingenio (KUSHNER, 1990).
  • Sirve como recurso pedagógico, didáctico y de aprendizaje (FERNANDEZ, y FRANCIA, 1995).
  • "Todos los seres humanos tienen derecho a cultivar el sentido del humor, a no tomarse demasiado en serio y a reírse de sí mismos. Tienen derecho a disfrutar de la carcajada, la risa y la sonrisa (riéndose con sus semejantes y evitando reírse de ellos), y a construir un mundo en el que el humor inteligente, creativo, empático, solidario y refrescante contribuya a alegrar la vida y a hacerla más lúcida, digna, divertida y llevadera." El humor del CICC: www.tinet.org/~cicc/humor/dh (2004)


 

Tuesday, November 17, 2009

Éxito vs. Perfeccionismo

Vivimos en un mundo que se vale de los reconocimientos, de los diplomas y de los trofeos. Esta competencia desmesurada por obtenerlos nos separa de nuestras propias motivaciones y nos convierten en esclavos del sistema, siendo nosotros mismos los responsables de esa competitividad insana.

En algunas ocasiones, obtener el éxito puede llegar a ser una obsesión y provocar ansiedad, depresión y otros trastornos como la inseguridad, insatisfacción y frustración. Con el perfeccionismo se nos van la autoestima, la creatividad, la capacidad de desempeño, los talentos, la energía, las relaciones, la salud y la capacidad de disfrutar de la vida con ciertas libertades.

Los padres no podemos olvidar que constantemente emitimos mensajes. Nuestros hijos nos observan como modelos a seguir y que al ser excesivamente críticos, les creamos el mal hábito sin darnos cuenta.

Algunos padres perfeccionistas:

  • Proyectan una segunda oportunidad y personalizan en sus hijos los logros que de pequeños ellos no consiguieron.
  • Se obsesionan en hacer que sus hijos tengan el mismo éxito que ellos tuvieron.
  • Crean la necesidad de hacer perfectamente todo lo que hacen y convencen a sus hijos que aún puede estar mejor lo que se hizo. Escasamente hay un final feliz.
  • Nunca llegan a estar satisfechos. Es difícil complacerlos y se irritan con facilidad.
  • Se quejan porque sus hijos no logran llenar las expectativas que ellos "se merecen" como padres.
  • Tienden a ser supervisores. Se comunican con expresiones fuertes y con negativas constantes hacia aquellos hijos que no logran los objetivos. Les cuesta reconocer una discapacidad.
  • Siembran intranquilidad cuando el niño les muestra una tarea terminada y les cuesta dar una aprobación.
  • Crean en los niños un sentimiento de frustración cuando expresan abiertamente que el resultado no les complace.
  • Desarrollan en sus hijos una excesiva exigencia ya que muchas veces sus expectativas van más allá de las posibilidades reales.
  • Comparan constantemente a sus hijos con los demás niños.
  • Sus conversaciones suelen ser monótonas y egocéntricas, porque están convencidos en que nadie es tan perfecto como sus hijos. Siempre hacer notar los últimos reconocimientos a nivel académicos, sus triunfos como deportistas, etc.

Los niños perfeccionistas suelen:

  • Ser personas muy organizadas y pulcras, pero de poca eficiencia con sus trabajos porque suelen repetir o borrar continuamente sus tareas. Su minuciosidad les perjudica la efectividad del tiempo estipulado y por lo general los trabajos quedan inconclusos o requieren de sacrificios de horas de sueño, descanso y entretenimiento.
  • Tener fijaciones con metas elevadas en el ámbito académico o deportivo.
  • Manifestar temor a equivocarse o rechazo ante nuevas actividades que les enfrenten a nuevas capacidades. Se sienten inseguros y carecen de confianza en sí mismo. No les gusta exponerse a situaciones que puedan suponer la burla.
  • Presentar preocupación y desconfianza en su preparación cuando van a presentar un examen. Siempre piensan en que pudieron estudiar más y buscan la calificación máxima como el todo o nada.
  • Vivir tensos porque buscan satisfacer las expectativas de los padres o maestros, les preocupa el concepto que los demás tengan de ellos. No disfrutan realmente de sus brillantes logros porque consideran que son logros ajenos, que ya han cumplido con lo que se la exigido o sencillamente piensan que pudieron haberlo hecho mejor.
  • Tienden a frustrarse fácilmente y a ser críticos severos con ellos mismos, prefiriendo autoatacarse con reclamos antes que los demás lo hagan por ellos. Se descalifican como personas en base a sus fracasos. Es una pelea interna.
  • Tener pocas relaciones con amigos pues es difícil convivir con ellos porque sus exigencias y demandas no tienen límites.
  • Tender a criticar, a controlar y evaluar a los demás. A ser hostiles.
  • Ser personas muy organizadas pero de poca eficiencia con sus trabajos.
  • Ser poco tolerantes. Se irritan y se estresan con facilidad.
  • No aceptar los terceros o segundos lugares. No les basta con ser buenos si no que tienen que ser los mejores y los primeros en todo.
  • Necesitan el reconocimiento y la admiración de los demás para sentirse exitosos. Tienen temor al rechazo.
  • Luchan constantemente con su autoestima y tienden a ser vulnerables.
  • Tener situación críticas de perfeccionismo, pueden llegar a derrumbarse, a presentar depresión, problemas alimenticios, ansiedad, fobia social, estrés y tendencias suicidas.
  • Son niños muy sensibles a los cambios y están pendientes a todo lo que ocurre a su alrededor. Esto les distrae fácilmente de sus estudios y les afecta su rendimiento académico.

Para educar a un niño hacia el éxito, tenemos que motivarlo al esfuerzo y a un trabajo bien hecho. Está bien el que un padre quiera guiar a su niño a obtener buenos resultados, pero no olvide ayudarle a perseguir sus propias metas reales y a sembrar una autoestima que le permita aceptar sus capacidades y a amarse.

Algunas sugerencias:

  • Rompa el mito de que el éxito de las personas depende exclusivamente porque son perfeccionistas.
  • Dígale que el objetivo no es evitar los errores, sino aprender de ellos y sobreponerse.
  • Como padre, recuerde que somos modelos a seguir. Cuídese de cómo se expresa usted mismo de sus errores o fallas.
  • Mejore la comunicación con su hijo. Dígale y demuéstrele cuanto lo ama (incondicional a sus resultados en los exámenes)
  • Ayúdelo a que se forme un buen concepto de sí mismo, que se acepte, que crea en él, que se valore y que se ame sin esa necesidad fantasiosa de ser perfecto.
  • No confunda el perfeccionismo con el deseo de mejorar y de hacer bien las cosas. Invítelo a sencillamente ser bueno. Ayúdelo a reconocer cuándo éste nos perjudica y nos afecta la autoeficacia y la autoestima.
  • Promueva sanamente la expansión de conocimientos, los buenos hábitos de trabajo, el esfuerzo y el desempeño.
  • Invítelo a pensar, sentir, aprender, vivir con consciencia, a relacionarse, a darle un sentido y un significado a su vida de una manera sana y sin competencias.
  • Tome en cuenta las capacidades del niño y no sus deseos personales como padre.
  • Acepte y ayúdelo a aceptar que cometer errores es algo natural y que es parte del proceso de aprender. Enséñele sanamente a perdonarse y compadecerse.
  • Ayúdelo a manejar con efectividad su tiempo y a que reconozca prioridades en los objetivos concretos.
  • Enséñelo a fijarse objetivos realistas ayudándole a que sepa reconocer sus habilidades y a aceptar sus debilidades. Esto le dará confianza.
  • Réstele y hágale restar importancia cuando no logra un objetivo, pero recuerde elogiarle el esfuerzo que ha realizado. Enséñele a reponerse de sus errores de una manera más ligera y menos dramática.
  • No personalice. Acepte y hágale aceptar que no siempre se puede conseguir lo que uno se propone porque hay metas que dependen de factores con los que no se cuentan. Alíviele sus sentimientos de culpa.
  • Evite a toda costa las comparaciones. Ayúdelo a que reconozca de manera sincera los logros de los demás niños sin que esto quiera decir que él es un perdedor o un fracasado.
  • Invítelo a descubrir su talento. Le ayudará a entender que somos seres individuales y que cada quien tiene su propio talento.
  • Mantenga un plan de estudio. Ofrézcale una disciplina con apoyo e interés durante sus procesos de aprendizaje, dele afecto, alegría, optimismo, buen humor, simpatía, esperanza y amor. Logrará que su niño esté preparado para manejar dificultades.
  • Enséñelo a manejar un proyecto a mediano o largo plazo. Trabaje en él para que logre manejar el tiempo y mejore su efectividad.
  • Recuerde ser flexible y enséñele a llegar a convenios o acuerdos. Esto le permitirá a no ver las cosas de lados extremos.
  • Expóngalo de vez en cuando a cambios. Prepárele un platillo nuevo, cambie el orden de los muebles de la sala, tómese sorpresivamente un día libre para ir al parque, etc. Eso le ayudará a ser menos sensibles, más tolerantes y a mejorar su nivel de adaptabilidad.
  • Practiquen técnicas de relajación. Enséñele a relajarse y a manejar el estrés.
  • Dedíquele tiempo a hacer otras actividades que también tienen valor en nuestras vidas, como es compartir con la familia y amigos, descansar, divertirse, etc.
  • Muéstrele como ser precavido y a la vez invítelo a acercarse a situaciones nuevas con curiosidad y buena disposición.
  • Enséñele que puede querer hacer las cosas lo mejor posible, a esforzarse y a mejorarlas cuando se puede, pero sin demasiada angustia o estrés. No permita que se califique con adjetivos de poco valor.
  • Enséñele a valorar las cosas por más pequeñas que sean.
  • Enséñele a desechar los pensamientos negativos y a crear confianza con pensamientos positivos. Recuerde que buscamos el buen hábito de hacer las cosas bien y para su bienestar.

Aplique mensajes positivos como:

  • Acepto mis limitaciones como una parte de mí, sin devaluarme por ellas.
  • Establezco metas que sean alcanzables para mí y sin compararme con los demás.
  • Pongo un límite razonable de tiempo y energía para el lograr mis objetivos.
  • Aprendo a aceptar las crítica de los demás y manejo mis propias críticas en beneficio de mi persona.
  • Vivo el momento presente con metas reales.
  • Me valoro por lo que soy y no por lo que hago.
  • Cada problema superado es un paso hacia adelante y cada paso bien dado es un triunfo.
  • Un error es un proceso normal de aprendizaje. En una enseñanza para el futuro y me enseña a ser humilde.

Cambie los mensajes negativos:

  • No debo cometer errores vs. Preferiría no equivocarme.
  • No sirvo para nada vs. Soy un niño y todos los niños también se equivocan.
  • No puedo soportarlo vs. Puedo aceptar lo que no me gusta.
  • Necesito ser el mejor vs. Me gustaría destacarme en esto.
  • Esto no me debería haber pasado vs. No me gusta lo que me paso, pero es parte de la vida.
  • Mis padres estarán decepcionados o enojados con mi calificación vs. Sé que mis padres me aman aunque cometa errores. Sabrán valorar mi esfuerzo. Soy su hijo.

"Vencer el perfeccionismo, es adquirir mayor libertad" (Anónimo)

Saturday, November 14, 2009

¡Mi hijo ya sabe leer!

Ese día tan esperado ya llegó. ¡Felicidades, su hijo ya sabe leer!

Todo padre se siente naturalmente orgulloso y ve consolidado un sueño cuando su hijo aprende a leer. Empieza a experimentar cierta nostalgia de aquellos momentos en que su niño le pedía que le leyera antes de dormir. Pero a su vez, está tan feliz, que quizás no deje de comentar a todos sus familiares y amigos que el pequeñín de la casa es ahora "todo un lector".

Es sorprendente ver el entusiasmo de los chiquitines cuando aprenden a leer. Estos niños buscan escoger libros grandes y que tengan muchas páginas, sin importarles que puedan ser más pesados que sus pequeños bracitos.

Una vez llegada a esta etapa, un padre no debe dar por hecho que la labor está cumplida, pues su niño aún no está maduro para poder interpretar el contenido de los libros. Recuerde estar consciente que la lectura es un proceso más complejo y que no sólo se basa en poder decodificar o saber "leer" las palabras en forma fluida.

La lectura es como la alimentación, debe darse todos los días. Hay que digerirla de forma natural y balanceada. Tenemos que procesarla, dejando que cause en nosotros una sensación de llenura y de satisfacción. Cuando leemos, nuestra mente y nuestro espíritu ser nutren.

Cuando los niños crecen, entran en la etapa de decisión, de elección y pasan a ser estudiantes "independientes". Es aquí, en donde los padres tenemos la misión de guiarlos para que puedan madurar como buenos lectores, ayudándolos a desarrollar nuevas técnicas y habilidades con la lectura.

Hay padres que dicen en un tono desanimado que ahora a sus hijos no les gusta leer y que no saben qué hacer para que lean. Recuerdan esos días maravillosos y se preguntan en qué momento se perdió esa magia.

Imagínese que es como cuando el niño aprende a "comer solito", aunque logre la mecánica, eso no es suficiente.

La lectura no debe ser un castigo, es como meterle a fuerza los vegetales a un niño. Quizás los trague, pero no los asimila y no los disfruta como es debido. Si un niño no muestra interés por leer, no podemos pretender que empiece a gustarle de un minuto a otro sólo porque se le ha ordenado. Obligar al niño a leer es sentar un precedente de desagrado y repudio hacia la actividad.

Algunos niños se quedan en la zona confortable y no avanzan como lectores porque sólo leen lo que les gusta (es como vivir de puros chocolates). Si bien existen libros de contenido ligero y de fácil lectura, también tenemos que aprender a exponerlos a "platos fuertes o principales", como libros que contengan temas de investigación, de análisis, de historia, etc. Se sorprenderá al ver como renace la pasión y el interés por leer.

Al igual que los alimentos, la lectura debe ser balanceada, variada e ingerida diariamente. Recuerde que la lectura es un buen hábito que se desarrolla con constancia y motivación.

Muéstrele a su hijo un menú de opciones para que logre ser un buen lector y descubra que leer no sólo es un hábito, sino una necesidad combinada con placer.

Menú para desarrollarse como un buen lector:

  • Exponerse a diversas presentaciones del material escrito (periódicos, revistas educativas, computadora, libros, etc.)
  • Ir a la biblioteca pública y crear su propia cuenta para hacerlo sentir miembro del lugar. Haga de esto un gran evento. ¡Es como tener una tarjeta de crédito al conocimiento!
  • Informarse con la maestra sobre los diversos grupos, los niveles de lectura en el salón y saber a cuál pertenece su hijo.
  • Solicitar información en la escuela o en la biblioteca, sobre los libros más recomendados para la edad de su hijo.
  • Escoger contenidos de diversos temas (informativos, científicos, divertidos, de amor, de suspenso, de aventura, etc.)
  • Disfrutar del acto de leer, buscando un lugar en donde se sienta cómodo, concentrado, relajado y con un aire de privacidad.
  • Crear con sus amigos un grupo de lectura y reunirse para dialogar sobre el libro leído, el autor, etc.
  • Valorar la función que cumple el lenguaje escrito (p. ej. Las indicaciones de un medicamento, las instrucciones para encontrar una dirección, los relatos de hechos históricos, etc.)
  • Reconocer la idea principal y las palabras claves que sirven de nexo a las ideas representadas en el texto.
  • Hacer uso del diccionario para comprender el significado de palabras nuevas.
  • Hacer un resumen con sus propias palabras, para desarrollar dominio de la información.
  • Hacer dibujos secuenciales de los capítulos leídos. Esto le da un toque diferente a la interpretación. ¡Juegue a ser el ilustrador del libro!
  • Hacer de la lectura una herramienta imprescindible para sus estudios y su diversión. Inclúyala en su tiempo del plan de estudio.
  • Llevar una data sobre los libros leídos, el tiempo que le tomó leerlo, sus autores y sus categorías. Esto le ayudará a graficar la tendencia lectora de su hijo.
  • Permitir volver a leer el mismo libro más de una vez. En muchas ocasiones, se consiguen detalles omitidos en la primera lectura.
  • Leer el libro y ver luego la versión del libro en película. Hacer análisis de las diferentes presentaciones del tema.
  • Leer sobre un lugar y luego ir a conocerlo. Verá que en ocasiones sentirá como si ya antes ha estado allí. ¡Leer es viajar!
  • En ocasiones, podemos encontrar el mismo tema, pero de diferente autor. Esta es una buena oportunidad para comparar ambas redacciones. Desarrolle su parte de lector crítico.
  • Leer en familia y/o establecer diálogos sobre algo que se ha leído. La lectura es nuestro día a día.
  • Tener en casa un banco de libro (invite a su hijo a que retire el libro por un valor y al leerlo, éste aumentará su valor y así podrá ir haciendo su propio crédito para poder comprar nuevos libros)
  • Asegúrese que no tenga impedimentos físicos para leer. Visite al oftalmólogo anualmente.

"El buen lector es el que hace el libro bueno" (Ralph W. Emerson)

Wednesday, November 11, 2009

Un buen aterrizaje

Piense en un avión cuando realiza un vuelo. Inicia con el despegue y culmina con el aterrizaje. Este último es la fase final del ciclo y es considerado la etapa crítica. Un buen piloto debe averiguar las condiciones del lugar, en dónde aterrizará y estar preparado para hacer las maniobras necesarias para lograr un descenso controlado y seguro. Este aterrizaje sería considerado exitoso y le daríamos méritos al buen piloto.

Ahora bien. Apliquemos este ejemplo y comparémoslo con el desempeño escolar del niño.

Podríamos entender como motivación, la fuerza interna que empuja al niño a ejecutar una acción. Cuando su hijo empieza un objetivo, como por ejemplo la tarea, arreglar su cuarto, un proyecto, un libro, etc., es importante impulsarlo en el arranque o "despegue". Una vez que se encuentre en el proceso, acompáñelo y no dé por sentado que la labor está hecha; también necesitará ánimo y guía para cerrar el ciclo con un exitoso aterrizaje.

Cuando un niño entiende la importancia de darle un "buen aterrizaje" a sus objetivos, esto le cambia la perspectiva y el orden de las cosas. La idea es ir formándolo para que logre el ciclo de manera independiente, llevándose por su propia motivación y que la mantenga como una constante. Que piense más allá de la necesidad del impulso para el inicio de una actividad, que viaje a través de los conocimientos y que logre cerrar o concretar con éxito.

Un alumno, no debe ver un examen como el "despegue", pues esto lo hará sentir cuesta arriba y necesitará de mucho impulso para lograrlo. Una vez que entienda que el examen es la "pista de aterrizaje" de un objetivo, verá como el nivel de estrés baja y no dejará de estar consciente de la meticulosidad del proceso para obtener un buen descenso. El ya ha "viajado" a través de los contenidos y ha experimentado las clases, ahora sólo le queda aprender a manipular sus controles, aplicarlos cuidadosamente y reconocer las condiciones para llegar al destino final (objetivo).

Durante el vuelo pueden ocurrir diversas situaciones que conlleven a diferentes tipos de aterrizaje. Los planeados, los no-planeados y los de emergencia. De igual forma sucede en nuestras vidas, porque vivimos tan rápido que a veces salimos disparados o eyectados de nuestras actividades y dejamos "cosas en el aire" y sin culminar. Cuidado, no deje que esto se convierta en un mal hábito y en un mal ejemplo para su hijo. Sea usted el modelo a seguir.

Cuando vemos que un alumno cierra su mochila y guarda sus cuadernos porque falta "poco" para que acabe la clase, él está listo para salir y su atención ya no pertenece al maestro. Será entonces un buen candidato para llegar a casa con dudas acerca de la tarea (su aterrizaje fue aparatoso). Enséñele al niño a no menospreciar estos últimos minutos y recuérdele que debe estar atento, porque es aquí en donde la mayoría de los maestros suelen dar la información crucial sobre lo que vendrá el próximo día.

Sembremos en el niño una constancia, un método, una rutina, una técnica que le permita abrir, explorar y alcanzar cada objetivo con éxito. Esto evitará las discusiones y el estrés en casa, acerca de por qué no ha terminado esto o aquello. ¡Recuerde que está formándolo para el mañana!

Algunas sugerencias para crear el hábito de llegar exitosamente al objetivo final:

  • Háblele y hágalo sentir seguro de sus capacidades.
  • Plantee claramente el objetivo, para que así su hijo sepa qué se espera de él. Necesita saber hacia dónde se dirige.
  • Haga una lista con la rutina completa de actividades, mostrándole los pasos a seguir. Necesita saber cómo hacerlo.
  • Motívelo durante el proceso. Acérquese y guíelo si se muestra perdido o desanimado (NO haga usted la tarea).
  • Ayúdelo a identificar cuando el objetivo es muy complejo y a dividirlo en etapas para que lo logre.
  • Ponga reglas claras y realistas. Hágalas cumplir con motivación (p.ej. Tender la cama antes de desayunar o recoger los juguetes antes de salir al jardín).
  • No suponga que con sólo dar la instrucción "ya es un hecho". Hay que desarrollar el hábito.
  • Utilice refuerzos positivos al ver que su hijo cumplió con el objetivo. Póngale calcomanías, dígale palabras de felicitaciones, dele abrazos, acumúlele puntos para premios a largo plazo…
  • Reconozca cuándo su niño obstaculiza la llegada al objetivo debido al cansancio, al desanimo o a la vagabundería. El plan de acción debe ser diferente en cada caso.
  • Conviértase usted en su ejemplo y en su guía.

"El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas" (W.G. Ward)

Monday, November 9, 2009

Cómo estudiar para un examen

Los exámenes son herramientas que se utilizan para cuantificar el conocimiento de un niño sobre un tema visto. A los maestros les motiva tanto como a usted que su hijo obtenga buenas calificaciones. Es importante que el alumno entienda que él es el gran protagonista y que reconozca que de sus acciones también depende directa o indirectamente el que obtenga éxitos o fracasos.

Existen una serie de factores que favorecen y fortalecen al niño en el momento de presentar un examen. Ayude a su hijo a identificarlos y a convertirlos en su rutina diaria para lograr buen resultado en las pruebas escolares que se avecinen.

  1. Estar atento a las clases.
  2. Participar e intervenir frecuentemente en el aula.
  3. Situarse en los primeros puestos del salón de clase.
  4. Plantear sus dudas al momento y anotar las respuestas.
  5. Tomar apuntes en orden e identificando el asunto.
  6. Cumplir a tiempo con las tareas y con los trabajos asignados.
  7. Tener un tiempo dentro del plan de estudio para repasar a diario los temas vistos en la clase.
  8. Tener el hábito y la motivación de ponerse a estudiar. Cumplir con el plan.
  9. Hacer resúmenes, guías y fichas de estudio.
  10. Escribir las respuestas dentro del tiempo estipulado. Saber medir el tiempo.
  11. Estar preparado para exámenes o pruebas imprevistas.
  12. Estudiar sin sacrificar su tiempo de sueño o descanso.
  13. Saber distribuir el material de estudio y hacer el repaso final días antes de la prueba.
  14. Ser organizado con su tiempo y método de estudio.
  15. Repasar a diario las anotaciones y leer el tema que está por venir.
  16. Ser constante y responsable.

Al momento de estudiar enséñele al niño a utilizar técnicas diversas:

  • Leer el tema y sus anotaciones previas de la clase.
  • Buscar información en la biblioteca y en la computadora para contribuir con el estudio del tema.
  • Buscar claves para recordar palabras.
  • Hacer uso del diccionario.
  • Elaborar un resumen utilizando sus propias palabras.
  • Realizar un cuestionario y responderlo en un tiempo estipulado.
  • Pasar de pregunta si ésta le cuesta, luego seguir respondiendo el examen y recordar regresar a la pregunta que omitió.
  • Hacer técnicas de descarte eliminando las opciones absurdas en las preguntas de selección múltiple y escogiendo la respuesta más sensata.
  • Dibujar imágenes que ayuden a recordar conceptos.
  • Hacer gráficos para ejemplificar.
  • Elaborar fichas que contengan conceptos claves.
  • Enfrentarse a un examen oral.
  • Copiar un dictado de conceptos y palabras claves.
  • Elaborar él mismo una prueba piloto que contenga preguntas de selección múltiple y responderla en el tiempo estipulado.
  • Invite a su niño a hacer el papel del "maestro" y sea usted quien responda "el examen". Recuerde que enseñando también se aprende.
  • Elaborar rimas o canciones que ayuden a recordar conceptos. ¡Sea creativo!
  • Practicar técnicas de relajación y respiración para que se encuentre seguro y tranquilo al presentar la prueba.

¡Apóyelo y hágale sentir que ya es un ganador!

Saturday, November 7, 2009

Ir más allá de la tarea

El niño puede entender que la tarea es la asignación que debe ser cumplida en casa y entregada al maestro en la fecha establecida, pero la función del padre debe ser ayudarlo a ir más allá del simple deber.

Con la tarea no sólo se pide que el niño participe activamente sino que pueda enriquecer sus conocimientos confiando en sus propias habilidades.

El padre debe guiar a su hijo para que logre de manera independiente los siguientes pasos:

  1. Llegar a casa con la información escrita (traer la tarea anotada)
  2. Verificar que haya entendido cuál es la tarea asignada (que sepa qué tiene que hacer, cuál es el objetivo)
  3. Tener claro lo que el maestro espera de él (que entienda la relación entre el objetivo y lo que se le va a evaluar)
  4. Identificar qué materiales necesitará y qué conocimientos tiene sobre el tema para ejecutarla (saber con qué cuenta y qué necesitará buscar o investigar)
  5. Identificar la complejidad de la tarea (entender la relación entre los objetivos y el tiempo de ejecución)
  6. Planificar la tarea (hacer el plan de estudio para dividir los objetivos dentro del tiempo disponible)
  7. Ejecutar el objetivo (hacer o ejecutar tarea. No quedarse en la complejidad o en la planificación)
  8. Evaluar el producto (aprender a autoevaluarse para saber si cumplió con el objetivo)


Ahora imagínese este caso, suponga que su hijo está en esta clase:

La maestra Anita anota en la pizarra del salón: "Traer una manzana para el lunes".

Veamos que pasó el lunes cuando la maestra Anita entró al aula y pidió a todos los niños "la manzana".

¿Cuál sería la situación de su hijo?

  1. No la trajo porque faltó ese día a la escuela y no llamó a un amigo para preguntar la tarea.
  2. No la trajo. ¡Sorpresa! No escuchó, no leyó y nunca se enteró de la tarea.
  3. Trajo uvas. Sólo recordaba que la maestra había escrito "fruta", pero no tenía anotada cuál era y trató de acertar el objetivo.
  4. Trajo una manzana podrida (salía de esa tarea y total… manzana es manzana).
  5. Trajo una manzana que usted le dio la mañana del lunes antes de llegar a la escuela (¡Casi lo olvidas mamá!)
  6. ¡Bien! Trajo la manzana que él solito había buscado y puesto rápidamente en su mochila (cumplió con la tarea, pero no sabía para qué la había llevado).
  7. ¡Excelente! Trajo la manzana que él solito había buscado (con la diferencia que estaba contento y motivado por empezar la clase)

¿En qué radica la diferencia entre la situación número 6 y la número 7?

En que en esta última, cuando la maestra Anita escribió el viernes la tarea en la pizarra, él estaba atento cuando ella explicó que el lunes iban a cortar la manzana en pedazos iguales para aprender sobre "fracciones". Estaba motivado por aprender algo nuevo. Al llegar a casa hablaron sobre la tarea y le contó lo que la maestra Anita les había dicho. Su hijo vio las manzanas, aprendió como se llamaban los diversos tipos de manzanas, comparó los precios, los tamaños, las tocó, las olió y finalmente hizo una selección entre todas las manzanas y escogió la mejor manzana que había ante sus ojos. Durante el fin de semana, investigó, leyó el capítulo de matemática, escribió notas sobre conceptos básicos de fracciones y conversaron sobre esto mientras cenaban pizza y la dividían entre los miembros de la familia.

¿Quién cree usted que sacó provecho de la tarea?

Friday, November 6, 2009

Conferencias con el maestro de su niño


Me gustaría tratar este tema observando las dos caras de la moneda. Como psicopedagoga y como madre siempre he pensado que los padres deberíamos mirar la profesión del maestro así como miramos al médico. En ambas posiciones, tenemos que pensar en el niño como paciente y no como cliente.

Una persona responsable y comprometida consigo misma, visitará regularmente a su médico para los chequeos de rutina y así evitar hacer carreras de emergencia al hospital. Tendrá el derecho de saber si padece de alguna condición y que le expliquen claramente cómo tratarla. En caso de enfermedad, deberá estar alerta a cualquier síntoma y no dudar en llamar al médico si se complica. Confía en su doctor y sabe que él evaluará su caso, lo examinará, le enviará reportes, recetas, etc. El médico también confía en que su paciente será consciente, colaborará y hará lo que él le indica. Son un equipo y ambos buscan un fin común: la salud.

De esta misma manera, usted ha puesto a su hijo en manos del maestro para ser cuidado, tratado, mejorado y para ofrecerle una vida escolar saludable. Entre los padres y el profesor tiene que existir la comunicación para poder beneficiar al alumno.

Antes de la reunión

  • Envíele al maestro sus datos, su teléfono y el modo de ser contactado. Especifique con antelación si usted necesitará de un intérprete para sus reuniones.
  • Esté atento a las fechas cercanas a los reportes escolares y solicite a tiempo la cita. Preferiblemente no espere a recibir el boletín de notas para hacerlo.
  • El encuentro con el maestro debe darse dos veces al año para confirmar que todo marcha bien. No suponga las cosas, aunque vea excelentes calificaciones y el niño le diga que todo va "perfecto". Vaya y hable en la escuela, pues acuérdese que nadie visita a su médico a través de notas escritas.
  • Sea observador, reconozca los "síntomas escolares" de su hijo y no dude en llamar a la escuela en caso de requerir una reunión.
  • Si nota que algo no va bien, no amenace a su hijo con ir a hablar con su maestra. Esto no es un castigo. ¿Acaso usted amenaza a su hijo con llevarlo al doctor cuando se siente mal?
  • Llame a la escuela o envíe una nota para solicitar la reunión. Asegúrese que el mensaje haya sido recibido.
  • Anote la fecha y la hora en su agenda personal y no falte a la cita. Llegue con tiempo.
  • Sepa de antemano cuánto durará la reunión con el maestro. Trate de ser consciente del tiempo asignado y no sobrecargue la agenda. Recuerde que no es un monólogo y tome en cuenta que estas reuniones tienen un tiempo asignado.
  • Evite ir sin niños pequeños para que pueda conversar con tranquilidad.
  • Pregúntele al maestro si prefiere que el alumno esté presente.
  • Cuéntele a su hijo que va a reunirse y pregúntele los puntos que le gustaría que usted conversara con su maestro.
  • Infórmese y esté claro de cuáles son los derechos y los deberes que tiene su hijo en la escuela. Conozca los códigos y las leyes si su caso lo amerita.
  • Lleve anotado en una libreta sus inquietudes, dudas y demás tópicos a tratar.
  • Lleve el plan de estudio de su hijo porque el maestro le puede dar sugerencias y aportar ideas al mismo.
  • Lleve una carpeta de registro de reuniones, para que así los mismos queden archivados y pueda llevarlos en la próxima reunión para hacerle seguimiento al niño.
  • Vaya con la actitud de hacer de esta reunión, una experiencia positiva.
Durante la reunión
  • Llegue con buena cara. Haga un comentario agradable con el fin de romper el hielo y empezar el ambiente lleno de armonía.
  • Evite decir todas sus dudas sin darle respiro al maestro.
  • Deje que el maestro sea el primero en impartir sus opiniones.
  • Si escucha un término o expresión que desconoce, pídale cordialmente que le explique.
  • Recuerde intervenir de forma coherente y plantee sus puntos dándole prioridad a los más importantes.
  • Pídale amablemente al maestro, si puede ver trabajos o exámenes recientes de su hijo. Compárelos con las tareas que hace en casa.
  • Haga preguntas de índole académica y no olvide hablar del aspecto socio-emocional de su hijo, como por ejemplo:
    ¿Cómo ve la integración de mi hijo durante el receso?
    ¿Se muestra atento en el aula?
    ¿Qué objetivos espera cubrir en este período escolar?
    ¿Qué materia escolar observa que le motiva más a mi hijo?
    ¿A qué hora del día lo nota más activo o más decaído?
    ¿Cómo distribuye su tiempo en clase?
    ¿Qué aspecto en mi niño le causa agrado a usted?
  • Sea confidente con el maestro y comparta algún hecho familiar que pueda estar afectando al niño.
  • Si el maestro le confirma que "algo" está pasando y que su hijo debe esforzarse más en los estudios, sea objetivo y escuche. No escude al niño con excusas ni caiga en ataques hacia el maestro. Más bien dialogue, pídale que le explique en forma clara lo que sucede, pídale sugerencias y recomendaciones a seguir en casa. Exprésele sus opiniones sin temor alguno para que la meta propuesta quede claramente establecida para ambas partes.
  • Terminada la cita, pídale que le asigne la próxima cita para hacerle seguimiento al caso.
  • Busque grupos de apoyo y hable con otros padres que pueden estar o han pasado su misma situación.
  • Cuide la "salud escolar" de su hijo y ofrézcale la asistencia necesaria con buena actitud. Pregúntele al maestro si sabe quién puede ofrecerle servicios de tutoría.
  • Si en el encuentro verifica que todo marcha viento en popa, aproveche la reunión para darle el reconocimiento y el mérito que le corresponde al maestro.
Después de la reunión
  • Cuando regrese a casa, hable con su hijo.
  • Póngalo al tanto del resultado de la reunión.
  • Escuche su planteamiento.
  • Enfréntelo con buena actitud.
  • Promueva el cambio y explíquele el plan de acción.
  • Hágalo responsable y consciente de su vida escolar.
¡A su salud!

Wednesday, November 4, 2009

Cómo comprometerse con la escuela de su hijo

He tenido la dicha de ser voluntaria en las escuelas por diez años seguidos y me gusta conversar del tema con mis amistades. De allí entonces brotó en mí un sentimiento de responsabilidad al saber que iba a dejar plasmado por escrito esta experiencia y recordé cuando alguien me cuestionó en una conversación diciéndome: "¿Por qué tengo yo que estar involucrado en la escuela de mi hija, si mis padres nunca lo estuvieron y de igual manera tuve éxito escolar?"

Para ser honesta, esta pregunta me hizo dudar, porque yo había experimentado el caso opuesto. Yo recordaba la presencia de mi madre cuando estaba en la etapa escolar, sus reuniones con mis maestros, sus charlas como presidenta de la junta de representantes, cuando ella ayudaba a promover eventos y votaba para aprobar cambios en la escuela.

Entonces me pregunté: ¿Quién está en lo correcto?

En la búsqueda de esta respuesta, no quería quedarme sólo con la explicación de que quizás parte de las posiciones que tomamos en la vida, sean los mensajes que hemos recibido desde el seno familiar. Así que busque qué quería decir estar "involucrado".

Si busca en un diccionario de la lengua española, encontrará que "involucrar" es:

  1. Abarcar, incluir.
  2. Insertar en un discurso o escrito cuestiones ajenas al asunto principal.
  3. Complicar a alguien en un asunto, generalmente delicado comprometiéndolo en él.
    *"Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe"

No salía de mi asombro porque… ¿A quién le gustaría verse "involucrado" en cuestiones ajenas al asunto principal? A nadie le agradaría que lo "complicaran" en una cosa que lo comprometa porque ya tenemos suficiente con que vivimos en un mundo muy atareado, lleno de responsabilidades y sentimos que tenemos el tiempo contado.

Quizás sólo haya notado con cierto estrés las palabras "involucrado" y "complicaran". Vaya al párrafo anterior y vuelva a leer. No deje pasar por alto la palabra clave: ¡COMPROMETA!

No todos los padres están dispuestos a comprometerse y siento que es allí a donde debemos llegar, a un compromiso con la escuela de nuestros hijos.

Comprometerse es establecer un convenio o acuerdo con alguien de manera formal y con responsabilidad. Es estar decidido y sentirse obligado ante sí mismo a ser responsables y consecuentes con lo que piensa. Pero también puede ser, poner algo o a alguien en una situación difícil.

Comprometerse es tener que ver en ciertas cosas. Es afectar, implicar, influir.

Empiece ahora y haga usted el cambio. ¡COMPROMETASE de forma positiva con la escuela de su hijo!

Cómo se puede comprometer

  • Sepa lo que su hijo está estudiando.
  • Involucre a su familia en las actividades comunitarias que amplíen el aprendizaje escolar.
  • Informe a la escuela de las necesidades de su hijo y los cambios en las circunstancias familiares.
  • Establezca un sistema de comunicación con el maestro de su hijo y utilícelo con frecuencia.
  • Verifique la tarea de su hijo, asistencia y progreso académico a menudo.
  • Responda a todos los mensajes de la escuela.
  • Asista a las reuniones escolares, eventos y conferencias de padres-maestros.
  • Trabaje con los maestros para encontrar materiales educativos y financiamiento de programas de enriquecimiento para los estudiantes.
  • Si no puede ser voluntario en la escuela durante las horas de clase, pregunte en la escuela de qué manera puede ayudar en casa o los fines de semana.
  • Si tiene tiempo, ayude al maestro en el salón de clases.
  • Anime a la escuela para proporcionar a todas las familias con información sobre servicios y recursos comunitarios.
  • Si su escuela es diversa, averigüe qué organizaciones de la comunidad sirven a diversos grupos culturales y ayude a la escuela a conectarse con ellos para prestar servicios a las familias.
  • Organice experiencias educativas y culturales para su niño. Comparta estas oportunidades con otras familias y la escuela de su hijo.
  • Ayude a la escuela a reclutar y preparar voluntarios de la comunidad y mentores de diversos grupos.
  • Aprenda cómo funciona el sistema escolar y cómo abogar por todos los niños.
  • Sea parte de los comités de toma de decisiones en la escuela, organice un padre de grupos en su escuela o esté activo en la organización de padres de la escuela.
  • Sea un partidario público de la educación. Infórmese sobre el estado y leyes locales de educación.

Pensando en aquella conversación… concluí que si mi amigo volviera a hacerme esa pregunta, solo le pediría que si puede recordar alguna de estas imágenes de cuando estaba cursando en la escuela o si ha vuelto por allí después de varios años. Por nombrarle algunas…

  • Remodelación de la sede o la ampliación del campo deportivo.
  • Los paseos escolares.
  • Las charlas y eventos para los estudiantes.
  • Las nuevas computadoras que llegaron un día al aula.
  • El menú de la cafetería escolar.
  • Las fiestas de fin de curso con sus maestros.
  • La ceremonia de graduación.

Al final, le diría que quizás sus padres no estuvieron presentes en la escuela, pero que puede estar seguro que gracias a otros padres comprometidos, él tuvo el apoyo necesario para estudiar en una institución escolar sólida.

Tuesday, November 3, 2009

La autoestima y el aprendizaje

La autoestima es una herramienta que juega un papel primordial en el proceso de desarrollo de cualquier persona. Como la palabra lo indica, la autoestima es cuánto me estimo a mí mismo, es el concepto y la evaluación que tengo sobre mí.

Se requiere de autoestima para aprender. Se ha comprobado que cuando un niño se siente bien consigo mismo, estará más motivado para trabajar en su propio beneficio.

Como padres, estamos en la labor de ayudar a nuestros hijos a fortalecer su autoestima y brindarles un ambiente optimista, lleno de anhelos, tranquilo, interesado y activo ante los estudios y ante la vida en general. Los niños construyen gran parte de su autodefinición a partir de la cultura familiar. ¡Recuerde que estamos educando en positivo!

La autoestima es invisible pero se materializa a través de la manifestación de acciones y expresiones personales. Se consigue cuando niño interactúa con el entorno y demanda un trato equitativo.

El psicólogo norteamericano Williams James expresó muy sabiamente una especie de fórmula matemática en donde decía que "la autoestima es igual a la relación entre logro y la aspiración".

Cuando un niño se estima poco así mismo y enfrenta un bajo desempeño escolar, tiende a "autocastigarse" con conceptos de pobre valor hacia su persona: "yo no sirvo…todos mis compañeros pueden más…no soy inteligente…no vale la pena estudiar…"

La autoestima no es innata. Fluctúa a medida que crecemos y experimentamos diversas etapas de nuestras vidas.

Apoye a su hijo en su proceso de búsqueda, para que cuando esté en la escuela sea capaz de expresarse, de explicarse, de preguntar y de confrontar de la mejor manera al maestro. Esto le facilitará el proceso de aprendizaje ya que en el caso de un niño que simplemente se calla por no sentirse seguro, puede sacrificar estas oportunidades y llegar a casa con muchas dudas sobre los temas impartidos.

El niño se siente bien cuando logra reconocimientos en la escuela y en la casa. Eso le realza la autoestima, aunque recuerde que la autoestima no lo es todo. También es importante la autoestima de cada uno de los integrantes del hogar, para obtener una familia que logre manejar con éxito la aceptación, las emociones, el pensamiento, las expectativas y el estrés.

Hágale ser responsable de sus errores sin emitir juicios descalificativos; sepa que su hijo tendrá derecho a etapas de ensayo y error. La aprobación o desaprobación que usted genere es de gran importancia para él. Trate de ser menos impulsivo con mensajes negativos y emita críticas constructivas. Explíquele en dónde está el error, dele una alternativa positiva, muéstrele como se hace, dé una respuesta gratificante y un mensaje positivo. ¡Dígale que usted está seguro que él lo logrará y que sólo es cuestión de práctica! Establezca consecuencias, forme el hábito con gentileza, sea firme y cariñoso.

Enseñe a su hijo a manejar su propia autoestima, a no aceptar que los juicios de otros ni las calificaciones escolares, definan la apreciación que él tiene de sí mismo.

No compare a su hijo con el desempeño escolar de otro compañerito o de algún miembro del hogar. ¡Somos seres individuales! Quizás a usted le sea fácil las matemáticas pero a su niño le cueste un poco más. No sea perfeccionista.

Dígale elogios cuando se está esforzando por aprender algo o por adquirir una nueva destreza. Muéstrese interesado y deje que su hijo también le enseñe cosas a usted. ¡Los padres también aprendemos!

Cuando un niño tiene su autoestima en positivo:

  • Mantendrá la actitud de "yo puedo hacerlo".
  • Asumirá la responsabilidad de elegir y aprender (yo quiero hacerlo)
  • Será perseverante y practicará hasta llegar a dominar el objetivo (yo pude hacerlo)

¡A querernos!

Monday, November 2, 2009

Técnicas de estudio

Trate de imaginarse a un experto mecánico reparando el motor de su auto. Este hombre trabaja con muchas herramientas a la vez y las conoce con tan solo palparlas. Es increíble ver cómo va desarmando piezas hasta llegar al corazón del problema y luego vuelve a ensamblarlas con un sistema de análisis y memoria admirable.

Con las técnicas de estudio buscamos que el niño también utilice un conjunto de herramientas que le facilitarán el proceso de aprendizaje, lo ayudará a mejorar el rendimiento y el nivel educativo.

El niño comete el error de estudiar sólo para cuando tiene un examen y en la mayoría de los casos lo deja para el día anterior al mismo. Es contraproducente, porque si bien puede llegar a sacar buena calificación, después de pocos días de haber presentado la prueba, se corre el riesgo de olvidar el tema si únicamente ha aplicado un proceso de memorización.

Todos los padres queremos que nuestros hijos estudien para tener la información necesaria y así aprobar exámenes con el menor esfuerzo, pero tenemos que darles las herramientas con las que podrán trabajar estos conocimientos, que de seguro, serán la base para los venideros.

Las herramientas de estudios deben ser llamativas, motivadoras y funcionales. En muchos casos, se trata de buscar normas, trucos y técnicas para que puedan conectar claramente las informaciones.

Estas técnicas debemos empezarlas desde temprana edad y así lograremos que se dé de forma natural e independiente más adelante. ¡Recuerde la constancia!

Al empezar a estudiar:

  • El primer paso del estudio debe darse cuando su hijo va a la escuela. Allí tiene la oportunidad de exponerse al tema y de sacarle partido haciéndole preguntas al maestro.
  • Enséñele a que sepa identificar y a tomar notas de los puntos en que el profesor hace más hincapié mientras imparte la clase (seguro será materia de examen).
  • Dentro del plan de estudio, se debe establecer a diario un tiempo para el repaso y lectura de los objetivos. Esto permitirá que en el momento de estudiar, el niño tenga algún conocimiento acerca del tema y no empiece desde la nada.
  • Reconozca el objetivo que irá a ser evaluado por el maestro.
  • Tenga a mano el material con el que su hijo estudiará (libro, apuntes de cuadernos y guías).
  • Lea con el niño para tener una visión global del tema.
  • Hágale preguntas al leer y así podrá darse una idea de los conocimientos que trae de la escuela.
  • Tenga en cuenta la complejidad del tema a estudiar, dependiendo de esto, tendrá que dedicar más tiempo.
  • Divida el estudio del tema por capítulo. Si es muy amplio, divídalo en sub-capítulos.
  • Deléguele su responsabilidad. El que tendrá que presentar el examen es él y no usted.

Al estudiar:

  • Para empezar, realice la lectura y subraye los títulos, subtítulos e ideas principales.
  • Repase y repita en voz alta las ideas principales.
  • Luego elabore un guía de estudio o fichas. Allí podrá escribir pequeñas palabras claves o hacer dibujos que le ayude a entender los conceptos. Recomiendo utilizar por cada materia, un cuaderno o carpeta de estudio para tener organizadas las anotaciones de manera que sirvan para repasar en los exámenes finales del lapso.
  • Utilice los diagramas y los esquemas para organizar las informaciones.
  • Haga conexiones con temas anteriores. Relátele alguna historia que pueda involucrarlo en el tema.
  • ¡Mantenga la armonía!

Evaluación final:

  • Haga un examen piloto y exponga al niño a diversos estilos de preguntas, como de selección múltiple, desarrollo, completar frases, lectura de gráficos, listar o nombrar. Recuérdele que cada maestro tiene su estilo al preparar los exámenes.
  • Deje que su hijo prepare su propio examen piloto. Esto le ayudará a entender qué es lo que busca enseñar el maestro.
  • A los más pequeños les gusta jugar al papel de profesor. Deje correr su imaginación y juegue con él a ser usted el alumno. ¡Le garantizo que estudiarán y que "la clase" será divertida!
  • Busque que el niño afiance los conocimientos y así se sentirá seguro durante la prueba.
  • Recuerde evaluar el método de estudio después del examen. Busque continuar con los métodos que fueron efectivos y rechace los que no sirvieron. ¡No se desanime!


 

Cómo hacer un plan de estudio y llevarlo a cabo con motivación

Una vez que el lugar de estudio esté listo y personalizado, procure que antes de sentarse a empezar a hacer sus deberes, su hijo haya realizado un almuerzo o una merienda ligera y vista ropa holgada o cómoda.

Si bien el niño tendrá que ser responsable y constante con su plan establecido, incluya ciertos momentos de descanso en donde pueda caminar un poco alrededor y estirar su cuerpo. Dele un vaso de agua para que lo tenga en su mesa y pueda refrescarse. Esto evitará que se levante frecuentemente y fuera del contrato establecido con "la excusa de tener sed". Sea precavido y use un vaso o una botella con tapa, para evitar que se derrame el agua en la mesa ocasionando un gran problema.

El rol del maestro y las tareas

Todas las partes involucradas en el proceso de enseñanza (alumno, maestros y padres) deben entender qué sentido tiene el realizar las tareas y el esfuerzo que requiere su ejecución. Si bien una gran parte de la labor del maestro es impartir conocimientos, la tarea que el alumno ejecuta en casa le ayuda a procesarlos y a construir los significados. Los deberes asignados forman parte importante del método de enseñanza de cualquier maestro e involucra activamente al niño. Cada maestro es diferente y las tareas también. Algunas tareas pueden consistir en diseñar, producir, planear, comprobar, investigar, identificar, reproducir, solucionar problemas, etc.

Antes que su hijo empiece a elaborar las tareas, familiarícese con los objetivos que está aprendiendo en la escuela. Asegúrese que esté asimilando los conocimientos en la clase. Lea con él y haga un breve sondeo preguntándole sobre los temas previos, las ideas y experiencias que trae acerca de los mismos. Esto es importante hacerlo, porque si tarda más de lo establecido en terminar la tarea que se le asigna para la casa, puede estar pasando que su hijo no se sienta seguro por desconocer el contenido del tema.

Poco a poco y a medida que su hijo vaya creciendo, se convertirá más responsable de su propio aprendizaje. Desarrollará habilidades e independencia para hacer sus tareas y con sus conocimientos ya será capaz de hacer búsquedas, selecciones, análisis y evaluación.

Los padres y los maestros buscarán como fin común que a partir de los 10 años de edad aproximadamente, el niño empiece a colaborar y a asumir un papel más activo en la construcción de su propio saber. A medida que vaya madurando en su aprendizaje se afianzará la seguridad y ya podrá exponer o intercambiar ideas, aportar su opinión y criticar. Logrará la independencia necesaria para saber trabajar un proyecto, estudiar y proponer soluciones a problemas. Recuerde que aunque sea adolescente, requerirá que usted esté siempre vigilante a cualquier apoyo que necesite. Esta edad requiere de mucho tacto y buena comunicación, por eso establezca las bases e involúcrese desde temprana edad, porque así cuando usted quiera hacerlo no será un intruso en su vida escolar. Será más fácil establecer estos hábitos desde el principio de la etapa escolar, pero no se desanime si su hijo está cursando la escuela media o el bachillerato. Nunca es tarde para abandonar viejos y malos hábitos cuando se trata de querer y aprender a hacer las cosas. Recuerde que un hábito se logra por medio de repeticiones.

El rol de los padres y el por qué es necesario un plan de estudio

Cuando su hijo regrese de la escuela, busque un momento y vaya más allá de la pregunta de rigor de "¿Cómo te fue?". Hable con su niño, explore, pregúntele qué aprendió, qué tipo de cosas están haciendo, sobre qué leyeron hoy, etc. Involúcrese en el currículo escolar.

Los padres tenemos la obligación de velar por nuestros hijos y si bien es cierto que podemos preocuparnos por los excesos de tareas asignadas para la casa, también deberá estar consciente del rol que desempeña en este proceso. Usted es el gran maestro motivador. Evite expresar frustraciones y desagrado cuando su hijo le cuente que su maestra "le está mandando mucha tarea". Haga primero un registro de las tareas asignadas, marque la fecha de entrega, trate de ser objetivo y evalué la complejidad de las mismas. Sea justo y vea si realmente ha sido una sobrecarga para su plan de estudio o ha sido una falla en el mismo. Esto hace una gran diferencia.

Si cree que ha sido una carga al plan, solicite una reunión con el maestro. Lleve su plan de estudio y la lista de las asignaciones que usted está en desacuerdo por considerarlas un abuso para el niño. Como primera opción, dialogue con el maestro para confirmar sus sospechas. No se sorprenda si el profesor le dice que esa "carga extrema" fue asignada con dos semanas de plazo o que se ha ido elaborando durante sus períodos de clase, pero que el niño no ha distribuido bien su tiempo. En este caso agradézcale al profesor su apoyo. Regrese a casa y hable con su hijo. Revisen, evalúen y hagan un plan de acción para evitar que esto vuelva a pasar.

Si el maestro ha incurrido en una falta al mandar mucha tarea, trate de llegar a una conciliación. Si no se logra, acuda al departamento de consejería, subdirector o director de la escuela si llegase a ser necesario. Confíe en que la escuela ofrece los canales adecuados para reportar el hecho y sentar un precedente. No se exprese mal del maestro ni pase al plano personal.

Es natural desear que su hijo sea el mejor estudiante y que tenga éxitos. Esta motivación debe llegar a ellos, pero tenga cuidado de la manera en que lo hace. No sobrecargue al niño.

El programa de estudio es el proceso formativo para promover el aprendizaje. Desarrolla esfuerzo, constancia y deja ganancias.

Es importante que usted sepa cual posición tomar a medida de que su hijo vaya creciendo, porque queremos lograr impulsarlo al camino del éxito y a su vez a que posea motivación e independencia. Tenga paciencia, porque tomará su tiempo. Sea mediador y conciliador. Cuando el alumno dispone de un programa de estudios, ya no está obligado a depender de la información que va comunicando el docente. Contará con una guía objetivamente válida que de antemano le proporcionará una visión de todo lo que tendrá que aprender durante un determinado periodo escolar (semestre, trimestre, año, etc.).

¡Qué bueno que ya empieza a ver las ventajas de por qué es necesario un plan de estudio para su hijo!

El rol del niño

Cuando su hijo llega a casa, ya su maestro habrá impartido la clase. Es aquí en donde comienza la misión de su hijo (la tarea). El niño necesita tener una especie de compromiso que le indique lo que tiene que hacer (tarea) y qué hacer en cada momento (plan de estudio). No hay espacio para las excusas, solo saber tomar las mejor decisión dentro de la opciones.

Cuando los estudiantes son responsables de su propio aprendizaje se sienten más motivados para aprender. Visualice el éxito y ensénele a su hijo a luchar por él. Al final tendrá grandes recompensas el ser un buen estudiante.

Al elaborar el plan:

  • Ayúdele a crear conciencia de su situación actual y a fijarse metas a corto, mediano y a largo plazo.
  • Aplique al plan las divisiones de los días, semanas, meses, trimestres, semestres y año.
  • Asígnele responsabilidades claras y delegue funciones.
  • Ayúdele a seleccionar los contenidos y los métodos.
  • Sincronice las actividades de manera que se puedan desarrollar en forma coherente.
  • Enséñele a trabajar con calidad y a mejorar el proceso.
  • Proporciónele un cierto grado de autonomía en el estudio para garantizarle su posibilidad o libertad de aprender.
  • Asegúrese que su hijo esté integrado a las actividades familiares, como por ejemplo comer en familia.
  • Si existe en casa otro niño que también tenga su plan de estudio, divida los turnos y trate de contar con el apoyo de todos los miembros del hogar.
  • Identifique el objetivo y distribuya el tiempo de estudio tomando en cuenta las limitaciones y las fortalezas de su hijo. Por ejemplo, si le cuesta más la matemáticas, agréguele tiempo extra.
  • Ayúdele a aprender por su cuenta.
  • Ayúdele a desarrollar capacidad de análisis y síntesis.
  • Enséñele a tener pensamiento crítico.
  • Enséñele a tomar decisiones.
  • Motívele la creatividad.
  • Enséñele a reconocer cuándo necesita hacer una pausa y cuándo descansar.
  • Ayúdele a identificar los problemas.

El esquema de estudio

El esquema de estudio consiste en realizar una división secuencial de los temas y actividades. Acá cabe bien mencionar el dicho que reza "divide y vencerás", porque así lograremos que la carga se haga menos pesada, con mejor calidad y mejores resultados.

Desarrolle la planificación tomando en cuenta que los objetivos sean:

  • Específicos
  • Mesurables
  • Alcanzables
  • Realistas

El uso del calendario

  • Facilítele un calendario de escritorio para que su hijo escriba en él.
  • Enséñele cómo se dividen los días, las semanas, los meses, los trimestres, los semestres y el año.
  • Marque las fechas festivas en donde no tenga que asistir a la escuela. Señale los días en que saldrá antes del horario regular de clase por motivo de salidas tempranas.
  • Márquelo con marcador fluorescente o con un color llamativo.
  • Utilice una leyenda de colores para cada fin. Por ejemplo: color rojo= no hay clases, color amarillo= salida temprana, color verde=examen semanal de lectura, color azul= examen mensual de matemáticas, etc.
  • Marque cuándo se inicia el trimestre escolar y cuándo termina. Haga lo mismo con el semestre y con el año escolar.

Plan diario u horario

  • Haga un recuadro en cada uno de los días, incluyendo los fines de semana, y divida el día en 24 horas.
  • Anote en qué hora del día se cumplirán las funciones vitales como son: dormir, comer, descansar, asearse, etc.
  • Trate de armar bloques de horarios constantes.
  • Los tiempos invertidos para cada actividad deben ser coherentes.
  • Recuerde que podrán existir bloques de diferentes espacios, por ejemplo: 5, 15, 20, 30 minutos…
  • Recuerde agregar bloques hasta para las cosas más pequeñas, no las ignore, pues cada minuto suma.
  • Los bloques destinados por materias no deben excederse del tiempo prudente.
  • Considere darle más tiempo a aquellas materias que presentan mayor dificultad para su niño.
  • Ponga el horario expuesto en el sitio de estudio.
  • Puede colocar una copia y exhibirla en otra área de la casa (por ejemplo en la puerta de la nevera), para que así los demás miembros de la casa puedan respetar su horario.
  • Delegue un espacio del día para dejar el uniforme completamente listo la noche antes, al igual que la mochila.
  • No ignore las pequeñas interrupciones, porque por más pequeñas que sean, pueden hacer que el niño tenga que volver a invertir el doble del tiempo para lograr concentrarse al mismo nivel en el que estaba. Haga de cuenta que la mente es como un submarino, una vez que sale a la superficie, toma tiempo para sumergirse de nuevo en las profundidades.
  • Piense cómo puede aprovechar mejor cada segundo del día, tanto para estudiar como para descansar y recuperarse.

Evaluación del plan semanal y recomendaciones

  • Revise a diario las asignaciones por cada una de las materias. Por ejemplo, si ese día no le asignaron tarea de ciencias, utilice ése espacio para hacer la lectura del tema de ciencias que verá en la próxima clase o adelante ese proyecto que tendrá que presentar al mes siguiente. No baje la guardia. Se trata de ganarle tiempo al tiempo. Recuerde que el lema es invertir inteligentemente el tiempo cuando este "sobra".
  • Si algún día no puede cumplir el horario, trate de recuperarlo al día siguiente. Tome en cuenta que ameritará más esfuerzo o quizás hacer sacrificios, como por ejemplo faltar a la clase de baile, para hacer los deberes atrasados.
  • Si son cosas que debe aprender de memoria (reglas gramaticales, ciencias naturales, etc.) controle el número de páginas que repasar, memorizar o aprender. Recuerde dividir el trabajo.
  • Asígnele un tiempo de resolución a cada problema de matemáticas e intente ajustarse a ese espacio. Esto lo ayudará más adelante a poder cumplir el tiempo establecido al presentar sus pruebas o exámenes.
  • Escoja hacer los deberes que implican más esfuerzo antes de las últimas horas de la tarde, pues el cansancio es un factor que impide la buena concentración.
  • Lleve seguimiento y control del horario y adáptelo, haga ajustes los primeros días y analice en dónde falló el cálculo. Trate de ser constante y no generar cambios frecuentemente, pero a la misma vez sea flexible.
  • No se desanime si al principio no cubre sus objetivos. Sea paciente y constante. Al final si se sigue esforzando con constancia le ocurrirá lo contrario: acabará antes de lo que ha planificado. Recuerde no rendirse.
  • Si su hijo falta a la escuela, busque recopilar la tarea llamando a la escuela, enviando un correo electrónico a la maestra o pidiéndole a un amigo que por favor le dé las asignaciones del día y demás detalles ocurridos en la escuela. Trate que su hijo encaje de la manera más normal cuando regrese a su escuela.
  • Incluya un tiempo diario para la lectura.
  • Sea exigente y ahorre tiempo en los tiempos muertos. Por ejemplo, leer mientras espera el autobús de la escuela.
  • Si su hijo aprovecha bien el tiempo durante la semana, podrá divertirse más los fines de semana. Eso sí, los fines de semana saque un rato para el repaso de exámenes y si tiene proyectos especiales, es el momento para hacerlos.
  • No deje para el último día, el estudio para un examen o la entrega de un proyecto.
  • Incluya a diario un tiempo para el estudio que requiera memorización o práctica.
  • En ocasiones especiales, puede darse el caso en que su hijo tendrá que hacer una planificación para un día de proyecto o estudio con otros compañeros de escuela. Sea flexible pero recuerde establecerle las pautas. Evalúe los objetivos y la complejidad del proyecto, provéale los materiales, estipule el tiempo que requiere su elaboración y hágalo cumplir. No permita que esto se convierta en una reunión social, pues para eso ya habrá otro momento.
  • Incluya actividades deportivas o clases de enriquecimiento para que su hijo esté saludable, desarrolle su talento, interactúe con otros niños y sea más feliz. No convierta estas actividades en retos que generen estrés al niño, pues ya bastante tiene con la escuela. No lo sature.
  • Incluya momentos de descanso, hágale un chiste, cuéntele algo relajado, dele un abrazo, reconózcale el esfuerzo que está haciendo y dígale que lo ama.

¡Buena suerte!