Sunday, August 29, 2010

El bajo rendimiento escolar

Si bien es cierto que un niño que presenta dificultad de aprendizaje se le hace cuesta arriba lograr un buen rendimiento en la escuela, también debemos estar alerta en establecer ciertas diferencias con aquellos niños que teniendo el potencial, simplemente no lo canalizan o no lo utilizan para tener éxito en la escuela. Tenemos que estar atento y establecer un plan de acción junto a un profesional para determinar cuál es el caso del alumno, en lugar de apresurarnos a etiquetarlos como un caso de dificultad de aprendizaje.
En el caso de niños de bajo rendimiento, podemos encontrar internamente “un león dormido” y que solamente basta con dar con la falla, para producir en ellos un “nuevo niño” con buenos resultados académicos.
El bajo rendimiento, generalmente está asociado a ciertas conductas que se repiten y repiten y que desencadenan en malas calificaciones. Muchas veces los padres se ven frustrados y se crea un círculo vicioso entre el niño y ellos, en donde los reclamos están a la orden del día sin lograr ser efectivos. El niño con bajo rendimiento puede presentar rechazo o angustia frente una asignación escolar por sentirse incapaz de lograrla, se muestra perdido en clase, sus cuadernos están incompletos y con falta de información, suele tener una idea muy vaga de los temas académicos que se están viendo en clase, olvida sus útiles, no entrega las tareas y le motiva más otras actividades extra curriculares.
Estos niños suelen ser niños muy sensibles pero se escoden quizás en una apatía que les hace parecer que fueran fuertes y rebeldes; pero en el fondo, se resume a una carencia de estrategias de estudios y de autoestima.
Algunos consejo para mejorar el rendimiento escolar:
• Mantenga una comunicación abierta con el maestro. Cuéntele si hay algo que esté pasando en casa o en la misma escuela que pueda estar produciendo inquietudes en el niño y hágale saber que usted está allí para apoyar a su hijo.
• Es común encontrar a niños de bajo nivel académico que se encuentran deprimidos y/o estresados. Por eso es importante que se acuda a un profesional para determinar el origen de la situación.
• Sea un buen oyente cuando su hijo le hable y promueva la conversación. Siempre lleve las situaciones a un plan de solución y de motivación. Deje los juicios a un lado.
• Enséñele a su hijo a mantener su mochila organizada. Hagan una rutina de revisión, antes y después de la escuela.
• Haga un horario de estudio y estipule metas concretas para la ejecución de sus tareas, de manera de que puedan ser logradas en tiempos razonables. Evite frustrar al niño.
• Motive constantemente a su hijo y recuerde que cada día cuenta.

Monday, August 23, 2010

El regreso a la escuela.

El fin de las vacaciones y el regreso a la escuela debe ser tomando con cierta responsabilidad. Este momento no sólo significa que el niño dejará atrás los días de ocio y que estará ocupado de ahora en adelante.
A pesar de que el alumno “regresa” a un ambiente ya conocido, no podemos dar por sentado que no existirán cambios. No tome este inicio como el simple hecho de “volver a la rutina”. Vea más allá y prepare a su hijo para lo que está por venir.
El regreso a la escuela requiere una especial atención y apoyo por parte de los padres. Si bien es cierto que su hijo verá nuevamente a sus antiguos compañeros y amigos, también tome en cuenta que los niños crecen y que se exponen a experiencias que los hacen enriquecer y madurar durante la ausencia de la escuela. Su mismo niño ha presentado cambios físicos y quizás usted note que ha crecido durante estas vacaciones, y al igual que él, muchos de sus compañeros también lo hicieron. La manera de socializar entre ellos va cambiando y se empiezan a crear grupos, clubes y hasta pequeñas atracciones físicas. Algunos niños presentan ansiedades al ver que tienen que retomar un puesto dentro del grupo. Converse con su hijo sobre los valores y la amistad. Esta es una oportunidad clave para hacer que la autoestima de su hijo crezca y que entre así con el pie derecho.
También es una buena ocasión para el análisis y para fijar metas académicas. Converse con su hijo sobre aquellas técnicas de estudio y estrategias que le favorecieron durante el año escolar pasado y analicen las posibles fallas o desaciertos que pudieron obstaculizar algunos logros. Tome toda esa experiencia y haga de ella temas de conversación. Por ejemplo, recuérdele cuando salió muy bien en aquel examen en donde se había preparado con tiempo y había dado todo su esfuerzo para lograrlo. Utilice los ejemplos de sus desaciertos y aproveche a animarlo. Dígale que este nuevo curso es la oportunidad para enmendarlos y para demostrarse a sí mismo que si se puede. Reconozca con humildad frente a su hijo, las fallas y aciertos que pudo usted haber tenido dentro del rol escolar. Eso ayudará a una mejor comunicación y los llevará a un plan académico y personal más exitoso.
Monitoree y apoye a su hijo durante este período de adaptación y recuerde no bajar la guardia por considerarlo un simple “regreso a la escuela”.
¡Feliz “regreso”!