Monday, October 4, 2010

¡Un mensaje de agradecimiento a los lectores!

La educación de nuestros hijos no debe ser tomada como una lucha sino como un camino que debemos recorrer junto a ellos. Nuestra misión como padres y educadores es enseñarles las herramientas necesarias, para que se desarrollen de manera independiente y logren alcanzar la formación que los llevará al éxito.

Quiero agradecer de todo corazón a los seguidores de Educar en Positivo, por ser compañeros de camino desde hace más de un año.

¡Todo lo bueno para ustedes!

Verónica Giugni

Estrategias para estudiar de forma eficaz. Parte III

Para comenzar a estudiar, pensemos que será como hacer un ejercicio físico. Necesitaremos una etapa que llamaremos "técnica de calentamiento".

Antes de entrar de lleno en el estudio, el niño debe saber cómo se llama el tema y tratar de hacer una especie de síntesis inicial. Se debe buscar el libro de texto de la materia a estudiar; ya que es la base y el apoyo por donde el niño va a comenzar. Busquen en el índice el título del tema, vean juntos si ese nuevo tema está aislado como tal o si viene a ser un subtema. En caso de ser un subtema, es recomendable que se converse de manera amena con el niño y se le pregunte qué factores, datos o referencias conoce del tema principal. Este paso es importante; ya que si el niño tiene alguna duda, debe ser resuelta antes de colocar más pilares sobre estas bases.

Pídale al niño que le muestre si ha tomado apuntes y que sea él mismo quien le explique a usted de que se tratan. No se extrañe si no es capaz de interpretar sus propios apuntes o notas; ya que esto suele ser común en aquellos alumnos que recién están empezando a entrenarse en esto o simplemente no han sabido cómo hacerlo. De ser así, no lo frustre ni lo regañe y siga adelante con buen ambiente. Tenga en cuenta que de esto se tratará nuestra actividad, pues le enseñaremos al niño a resumir de manera eficiente para que además de entender el tema, pueda tener un material que él haya abreviado o sintetizado con sus propias palabras.

Pregúntele si puede recordar alguna frase o dato especial que la maestra haya dicho sobre este tema, dígale que le muestre si hicieron en clase algún ejercicio o actividad referente al mismo. Deje que sea el niño quien inicialmente le diga "lo que sabe".

Ahora bien, después de esta etapa de "calentamiento", procedamos al siguiente paso: la lectura inicial del tema. Dé un tiempo prudente para que el niño lea el tema solo y de forma oral. Es importante que cuando el niño esté leyendo, usted observe si al hacerlo, él omite palabras, corta las palabras o acelera la lectura de manera tal de no tener pausas y por ende no le da sentido a las frases. Si esto ocurre, deténganlo de forma sutil y propóngale al niño iniciar de nuevo la actividad, pero dígale que esta vez lo harán de manera conjunta. Léale en forma oral y deje que él le siga el ritmo.

Una vez terminada esta lectura inicial, dígale que por favor, anote en una hoja aparte, las palabras que están escritas en el tema con negrillas o con colores diferentes, esto le servirá de base para correlacionarlas con los conceptos aprendidos al finalizar la actividad.

Pasemos ahora al subrayado. Sabemos que hoy en día, muchas escuelas utilizan libros de textos que son de uso temporal y que deben ser retornados al final de curso escolar de manera impecable y que por lo tanto el alumno no puede subrayarlos. Pero, en las tiendas de libros o útiles escolares, existen una cinta adhesiva de colores que puedes colarla encima de la página y que al quitarla no daña el papel. Otra manera más tradicional de hacerlo, es colocando una hoja de transparencias o de esas utilizadas para los retroproyectores y ponerla encima de la página y subrayar con un marcador permanente, de manera que cuando quitemos la hoja de transparencia, el libro quede intacto y al volver a poner nuestra hoja encima, se logre el efecto del subrayado. Se recomienda colocarle a la hoja, el número de la página con la que se está trabajando.

Es importante que el niño entienda que subrayar no es el simple hecho de pasar rayas debajo de las palabras y que más bien se trata de la selección de las mismas. ¿Cómo lograrlo?, tome en cuenta las palabras que estan resaltadas en el texto y busque subrayar solo aquellas que describan el concepto, que den datos o nombres importantes. Evite las palabras que son adornos y hágase la idea que está enviando un mensaje de texto, en donde debe limitarse con el número de las mismas. En ocasiones, también debemos ser flexibles, ya que algunos párrafos son muy cortos y ya viene condensado en ellos la definición del concepto y esto nos obliga a tener que subrayarlo todo tal y como está.

Una vez terminada la actividad del subrayado, el niño debe entender que cada tema debe ser abreviado o sintetizado, para luego pasar a los apuntes finales, los cuales formarán su guía de estudio para los exámenes semanales, mensuales, trimestrales o de final del curso.

Sunday, September 26, 2010

Estrategias para estudiar de forma eficaz. Parte II

El primer paso que debemos dar ante cualquier actividad de estudio, es la ACTITUD. La actitud es una disposición mental que nos ayuda a actuar de manera determinada frente a un estímulo.

Muchas veces, cuando el alumno ya ha tenido experiencias académicas frustrantes, la actitud pasa de ser de una disposición a una "predisposición" llena de carga afectiva negativa, bloqueando así el proceso de "recibir" la información. Es por esto, que el niño debe entender que la vida escolar tiene matices y que no podemos etiquetar una materia o un maestro por el simple hecho de haber tenido una experiencia poco fructífera o desagradable. Él es el estudiante y forma parte fundamental en el proceso de estudio. Es importante conocerlo y enseñarle a conocerse como un estudiante. ¿Qué quiere decir esto? Que nuestro hijo reconozca que pertenece de manera activa a una sociedad escolar, que tiene que seguir los pasos, las normas y cumplir con los proyectos y tareas establecidas por el maestro, pero que a la hora de estudiar para un examen, sus técnicas o maneras de hacerlo son propias o individuales y que cuenta con nuestro apoyo como padres y guías para que lo logre de forma efectiva.

Veamos algunas preguntas que pueden ayudarnos a identificar la actitud de nuestro hijo a la hora de estudiar:

  • ¿Estudia sólo la noche anterior antes del examen?
  • ¿Estudia solamente cuando se le manda o se le obliga a hacerlo?
  • ¿Le hace muchas preguntas sobre el tema que estudiando?
  • ¿Se preocupa cuando no ha estudiado y tiene un examen?
  • ¿Qué materiales escolares selecciona cuando estudia?
  • ¿Qué ambiente busca para estudiar?
  • ¿Pregunta y pide ayuda cuando no entiende?
  • ¿Sólo estudia cuando alguien está a su lado?
  • ¿Demanda muchos momentos de descanso mientras estudia?
  • ¿No recuerda lo que dijo la maestra en clase?
  • ¿Ha recibido notas o quejas de la maestra porque su hijo habla mucho durante la clase?
  • ¿Expresa que no es capaz de entender?
  • ¿Llora al estudiar?
  • ¿Llora antes, durante o después del examen?
  • ¿Tiene algún cuaderno o notas tomadas en clase?
  • ¿Desperdicia su tiempo de estudio en detalles sin importancia?
  • ¿Le gusta leer?
  • ¿Toma apuntes o notas cuando estudia?
  • ¿Con qué tipo de examen se siente más cómodo: selección múltiple, cierto o falso, completar cuadros comparativos, completar respuestas, redactar respuestas o preguntas orales?

Se ha demostrado que la actitud positiva frente al estudio, genera motivación e incrementa la producción y la efectividad. El niño necesita sentirse seguro y para esto tenemos que facilitarle diversas estrategias que le permitan experimentar la confianza y que le haga sentir que tiene maneras de lograr sus metas. Mas adelante hablaremos sobre las estrategias de: apuntes, lectura previa, elaboración de fichas, subrayado, resumen, elaboración de esquemas, bosquejos, cuadros comparativos, diagramas, cuestionarios, repaso mental y elaboración de guía de estudio.

"El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia ellas" Antoine de Saint-Exupéry

Friday, September 17, 2010

Estrategias para estudiar de forma eficaz. Parte I

¿A quién no le gustaría tener la famosa "receta mágica" para hacer que nuestros hijos estudien de forma eficaz y obtenga las mejores notas en sus pruebas académicas? Estudiar no es cosa fácil, muchas veces se convierte en un reto abrumador para padres e hijos, siendo aún más cuesta arriba para aquellos alumnos que presentan ciertas dificultades de aprendizaje o déficit de atención.

Veamos el proceso de estudio como un ciclo en el cual el niño se expone a un conocimiento, éste debe "entrar", ajustarse en un espacio y permanecer allí para luego ser reproducido. Ahora bien, viéndolo de esta manera podríamos entonces dividir las etapas y evaluar en qué parte de este ciclo deja de fluir este proceso en nuestro hijo.

Haga la prueba, reúna un grupo de familia o amigos. Dígales que tendrán que memorizar una serie de letras, números y símbolos y que se les dará 5 minutos para que lo hagan y luego se les pedirá que lo anoten en un papel. Por ejemplo: JQ&38%@15HY#TV.

Haga que al finalizar la actividad, cada quien comente cómo hizo para "aprender" la serie dada. Verá como varían las respuestas y se sorprenderá con las diversas estrategias que cada individuo utilizó para poder logarlo. En algunos casos, si el grupo es bastante diverso, podrá notar que hay:

Respuestas 100% correctas, respuestas incorrectas, respuestas incompletas, respuestas con datos inventados, etc.

Nuestro deber como padres y maestros, es exponer a los niños a diversas técnicas de aprendizaje y enseñarles a que aprendan a reconocer aquellas que les son más efectivas para que así puedan aplicarlas en el momento de estudiar. No pretendamos que nuestros hijos estudien de la misma manera que nosotros estudiábamos cuando estábamos en la escuela. Si bien es cierto que las técnicas de antes aún son efectivas, también debemos aceptar que existen nuevas maneras y nuevas herramientas que pueden facilitarles el proceso, tal es el caso del buen uso de la computadora, grabadoras de voz, proyectores de luz, etc.

En los próximos blogs, tendremos algunos ejemplos de técnicas y estrategias que pueden ser efectivas.

Saturday, September 4, 2010

Métodos y técnicas de aprendizaje

Muchos padres y maestros se ven frustrados cuando tratan de enseñar algún objetivo y que por más pequeño que sea no se logra y recurren a "decirlo" una y otra vez, pensando que están "enseñando" hasta el cansancio. Esta insistencia se mezcla con la soberbia y la terquedad por ambos bandos y la armonía de aprendizaje se desvanece en el ambiente.

Si bien entendemos que los maestros y los padres pueden tener varios niños, debemos estar claros que la manera de enseñar debe estar "hecha a la medida del grupo", pero también debe estar "hecha a la medida del niño". Muchos niños pueden entrar en un mismo saco y la enseñanza se logra sin tropiezos, pero tenemos que estar alerta con aquellos niños que "no aprenden" y reevaluarnos nosotros como padres y maestros dentro del rol de educadores. Quizás ésta sea la hora de reinventarnos y dejar de pensar en el camino fácil de "educar a todos de la misma manera". Por ejemplo, no pretenda que su médico desee curarle un fuerte catarro que está afectando a muchas personas de su comunidad, mandándole una medicina a la que usted es alérgico, por el simple hecho de que es la más recomendada en el mercado. Usted espera que su doctor sepa su condición y tome la precaución de sugerirle una medicina alternativa que lo conduzca a una pronta mejoría. Esto último, es lo que tendría que ocurrir cuando nos referimos a métodos y técnicas de aprendizaje.

Cuando hablamos de metodología de la enseñanza, estamos refiriéndonos al conjunto de procedimientos didácticos que abarca los métodos, técnicas y recursos de enseñanza, para alcanzar los objetivos con una buena acción, un mínimo de esfuerzo y un máximo rendimiento. Todo esto puede estar muy bien establecido, pero debemos recordar que cuando esta dirigida a un niño, éste necesitará utilizar su lógica (inducción, deducción y analogía), sus emociones y su voluntad para aprender. Estas estrategias metodológicas, deben elegirse cuidadosamente y estar focalizadas en las necesidades del niño para que el proceso de enseñanza sea más efectivo. Se debe tomar en cuenta que una adecuada metodología de enseñanza debe poder llevar al niño a la autoeducación, la autonomía y la libertad intelectual.

El método y la técnica representan la manera de conducir el pensamiento y las acciones para alcanzar una meta pre-establecida o propuesta. Podríamos verlo de esta manera; el método indica el camino y la técnica muestra como recorrerlo. ¡Eduquémonos para educar!

Sunday, August 29, 2010

El bajo rendimiento escolar

Si bien es cierto que un niño que presenta dificultad de aprendizaje se le hace cuesta arriba lograr un buen rendimiento en la escuela, también debemos estar alerta en establecer ciertas diferencias con aquellos niños que teniendo el potencial, simplemente no lo canalizan o no lo utilizan para tener éxito en la escuela. Tenemos que estar atento y establecer un plan de acción junto a un profesional para determinar cuál es el caso del alumno, en lugar de apresurarnos a etiquetarlos como un caso de dificultad de aprendizaje.
En el caso de niños de bajo rendimiento, podemos encontrar internamente “un león dormido” y que solamente basta con dar con la falla, para producir en ellos un “nuevo niño” con buenos resultados académicos.
El bajo rendimiento, generalmente está asociado a ciertas conductas que se repiten y repiten y que desencadenan en malas calificaciones. Muchas veces los padres se ven frustrados y se crea un círculo vicioso entre el niño y ellos, en donde los reclamos están a la orden del día sin lograr ser efectivos. El niño con bajo rendimiento puede presentar rechazo o angustia frente una asignación escolar por sentirse incapaz de lograrla, se muestra perdido en clase, sus cuadernos están incompletos y con falta de información, suele tener una idea muy vaga de los temas académicos que se están viendo en clase, olvida sus útiles, no entrega las tareas y le motiva más otras actividades extra curriculares.
Estos niños suelen ser niños muy sensibles pero se escoden quizás en una apatía que les hace parecer que fueran fuertes y rebeldes; pero en el fondo, se resume a una carencia de estrategias de estudios y de autoestima.
Algunos consejo para mejorar el rendimiento escolar:
• Mantenga una comunicación abierta con el maestro. Cuéntele si hay algo que esté pasando en casa o en la misma escuela que pueda estar produciendo inquietudes en el niño y hágale saber que usted está allí para apoyar a su hijo.
• Es común encontrar a niños de bajo nivel académico que se encuentran deprimidos y/o estresados. Por eso es importante que se acuda a un profesional para determinar el origen de la situación.
• Sea un buen oyente cuando su hijo le hable y promueva la conversación. Siempre lleve las situaciones a un plan de solución y de motivación. Deje los juicios a un lado.
• Enséñele a su hijo a mantener su mochila organizada. Hagan una rutina de revisión, antes y después de la escuela.
• Haga un horario de estudio y estipule metas concretas para la ejecución de sus tareas, de manera de que puedan ser logradas en tiempos razonables. Evite frustrar al niño.
• Motive constantemente a su hijo y recuerde que cada día cuenta.

Monday, August 23, 2010

El regreso a la escuela.

El fin de las vacaciones y el regreso a la escuela debe ser tomando con cierta responsabilidad. Este momento no sólo significa que el niño dejará atrás los días de ocio y que estará ocupado de ahora en adelante.
A pesar de que el alumno “regresa” a un ambiente ya conocido, no podemos dar por sentado que no existirán cambios. No tome este inicio como el simple hecho de “volver a la rutina”. Vea más allá y prepare a su hijo para lo que está por venir.
El regreso a la escuela requiere una especial atención y apoyo por parte de los padres. Si bien es cierto que su hijo verá nuevamente a sus antiguos compañeros y amigos, también tome en cuenta que los niños crecen y que se exponen a experiencias que los hacen enriquecer y madurar durante la ausencia de la escuela. Su mismo niño ha presentado cambios físicos y quizás usted note que ha crecido durante estas vacaciones, y al igual que él, muchos de sus compañeros también lo hicieron. La manera de socializar entre ellos va cambiando y se empiezan a crear grupos, clubes y hasta pequeñas atracciones físicas. Algunos niños presentan ansiedades al ver que tienen que retomar un puesto dentro del grupo. Converse con su hijo sobre los valores y la amistad. Esta es una oportunidad clave para hacer que la autoestima de su hijo crezca y que entre así con el pie derecho.
También es una buena ocasión para el análisis y para fijar metas académicas. Converse con su hijo sobre aquellas técnicas de estudio y estrategias que le favorecieron durante el año escolar pasado y analicen las posibles fallas o desaciertos que pudieron obstaculizar algunos logros. Tome toda esa experiencia y haga de ella temas de conversación. Por ejemplo, recuérdele cuando salió muy bien en aquel examen en donde se había preparado con tiempo y había dado todo su esfuerzo para lograrlo. Utilice los ejemplos de sus desaciertos y aproveche a animarlo. Dígale que este nuevo curso es la oportunidad para enmendarlos y para demostrarse a sí mismo que si se puede. Reconozca con humildad frente a su hijo, las fallas y aciertos que pudo usted haber tenido dentro del rol escolar. Eso ayudará a una mejor comunicación y los llevará a un plan académico y personal más exitoso.
Monitoree y apoye a su hijo durante este período de adaptación y recuerde no bajar la guardia por considerarlo un simple “regreso a la escuela”.
¡Feliz “regreso”!

Wednesday, April 28, 2010

El Futuro Escolar

El impacto de nuestras palabras como padres, maestros o guías de familia, tienen muchas veces más fuerza de lo que podemos imaginar. Si enviamos mensajes positivos, el ciclo de la comunicación se abre y nos permite entrar y conocer a nuestros hijos.

Cuando queremos hablar sobre el Futuro Escolar con nuestros hijos, es importante que tomemos en cuenta la edad del niño, pues no podemos pretender que un niño se vea profesionalmente realizado cuando aún está cursando el primer grado de la escuela primaria, pero lo que sí podemos en cambio, es empezar un entrenamiento desde temprana edad, en donde estas criaturitas, puedan saber que cada día en la escuela, es un día ganado, que es como ir acumulando puntaje en un video juego.

Cuando los niños empiezan a crecer, empieza la etapa de separación. Ellos mismo comienzan a conocerse y a tratar de entenderse. Nuestro papel como padres, es entrenarlo para que ellos lleguen a tomar con seriedad el compromiso escolar. Que el muchacho entienda que cada día es la construcción de esta meta. Que no significa "Querer ser…" o "Cuando sea grande…". Es en esta edad precisamente en donde se empieza la labor y que si bien es cierto que es lejana, también es cierto que no es ajena a ellos.

Nuestra meta es guiar a nuestros niños a entender que éste proceso depende en gran parte de él, que los padres y maestros estarán allí para enriquecer y apoyarlo en su educación. Cuestione a su hijo, hágale ver que sus actos tienen consecuencias y que si estos actos son acertados, las consecuencias también lo serán. Pregúntele: ¿Qué estás haciendo hoy para formar tu Futuro Escolar? ¿Qué hiciste hoy por tu Futuro Escolar? ¿Crees que la decisión que estas tomando ahora favorecerá tu Futuro Escolar? Evalúe con él y ayúdele a proyectar un plan de trabajo en el "ahora" para éste "Futuro" deseado.

Algunos niños evaden esta responsabilidad diciendo que "Aún no saben que van a querer ser cuando sean grandes" y sus padres tienden a enternecerse con esta respuesta y aplaudir la evasión diciéndoles que: "Es cierto, el niño todavía está muy pequeño para saber lo que quiere ser". ¡Alto!, ¡Reaccione! Quizás todos quisiéramos ser rico algún día, unos más prontos que otros, pero dejamos este deseo al factor suerte. ¡El Futuro Escolar no puede darse ese lujo! Hágale ver que "querer ser" significa proyectar la meta final, pero que hay que trabajar para llegar a ella. Puede pasar que no se tenga una meta clara sobre la carrera universitaria que desee cursar, pero eso no lo invalida o lo excusa a forjar un camino en el ahora que cada vez pueda acercarle a su futuro destino profesional.

Nadie dice que irá al banco dentro de 5 años para retirar su dinero y vivir como cree merecerse, sin antes haber depositado en su cuenta. Quizás yo pueda abonar un centavo al día, pero, ¿Será razonable que deposite un centavo al año y aún así esperar que éste se multiplique mágicamente en mi cuenta bancaria? ¿Qué retiro si no deposito? Como reza el dicho: "Sembrar para cosechar".

Saturday, March 20, 2010

La Madurez Escolar.

Algunos padres piensan que cuando se habla de Madurez Escolar, solamente se trata de esperar a que se desarrollen en el niño cambios o conductas que aporten un avance a nivel académico o emocional dentro del ambiente de la escuela. Se "supone" que ocurra "mágicamente" a través de la intervención del "factor tiempo". Por eso es importante que hablemos del término de Madurez Escolar, debido a que es un concepto que se presta a muchas discusiones por sus diversas interpretaciones y connotaciones.

La madurez para el aprendizaje escolar, involucra el nivel de evolución físico, psíquico y social que ha desarrollado el niño y que le permite enfrentar adecuadamente las situaciones escolares y sus exigencias. Es un perfil de desarrollo y no está directamente ligada a la edad cronológica del niño.

Podemos nombrar algunas de las características que se hacen presentes en el niño con cierta Madurez Escolar:

  • muestra capacidad para distinguir entre el juego y el trabajo escolar.
  • se centra en la conducta esperada para la actividad.
  • desarrolla mayor progreso en la atención y en la memoria.
  • ejecuta trabajos y tareas con el esfuerzo requerido para alcanzar metas propuestas.
  • desarrolla una percepción más analítica frente a la lectura y a la escritura.
  • manifiesta los roles y conoce las reglas para adaptarse a la clase.
  • consolida el pensamiento lógico y forma conceptos.

Es necesario que tanto los padres como los maestros estén al tanto del nivel de madurez escolar que presenta el niño, debido a que si éste se encuentra en un nivel más avanzado de madurez y no es detectado, puede que se produzca entonces una pérdida de oportunidades y experiencias para que siga enriqueciéndose. En estos casos el alumno puede llegar a sentir un estancamiento o una zona de comodidad que lo desmotive ante los estudios.

En el caso de un niño inmaduro, es necesario determinar cuáles son los factores que están impidiendo u obstaculizando el desarrollo esperado y así ejecutar un plan de acción que le permita enfrentar las distintas tareas que exige el aprendizaje escolar. Tenemos que estar claro, que la variable del tiempo, no soluciona por si sola estas situaciones, debemos asegurarnos que el niño está recibiendo la atención necesaria para poderle dar las herramientas que le permita desarrollar sus funciones básicas. La falta de motivación también puede hacerse presente, pero en este caso se relaciona con autoestima e inseguridad.

El conocer al niño y sus factores emocionales, de conducta, intelectuales y psicológicos, nos permitirá acertar el plan de acción.

Tuesday, March 2, 2010

¿Por qué tengo que ir a la escuela?

Quizás su hijo le haya preguntado alguna vez "¿Por qué tengo que ir a la escuela?". Generalmente estas preguntas ocurren justo en el momento en que usted está tratando de levantar a su niño de la cama y lo más probable que salgan respuestas como: "Porque si no te salen orejas de burro" o "Simplemente… porque sí".

El niño necesita saber hacia dónde va, hacia dónde se dirige y cuánto falta para llegar al destino. Recuerde simplemente algún viaje que hayan efectuado en familia y vendrá a su mente las constantes preguntas de: "¿Cuánto falta?, ¿A dónde vamos?". No importa que usted se lo haya dicho cinco minutos atrás, su hijo necesita saberlo y necesita la respuesta para sentirse guiado y seguro. De igual modo ocurre con la escuela. El niño no se conforma con sólo saber que tiene que ir, sino que busca entender para qué va.

El niño va madurando y conjuntamente va madurando sus patrones de paciencia, la noción del tiempo y la noción de distancia (aunque en algunos casos, ciertos niños tardan más que otros). El alumno necesita reconocer cuáles son los objetivos y a medida que va aprendiendo, puede ir entiendo los objetivos a corto, mediano y a largo plazo. De igual manera, se le canalizaran sus progresos dividiéndolos en períodos concretos. Es decir, a un niño que se encuentre cursando el cuarto grado, no podrá visualizar sus estudios de igual manera que un adolescente que está en el último año de la educación superior y en las puertas de elegir su carrera profesional.

La motivación del niño o del adolescente debe ser dividida en etapas. Si bien reza el dicho de "El que persevera, alcanza", no pretenda decirle a un niño de primer grado que tiene que ir a la escuela hoy, para ser un profesional del mañana. Si bien es cierto esto, para esa criatura es una meta muy lejana en donde la espera del premio se hace abstracta para él. La meta académica debe ser clara y para eso necesitamos la ayuda del maestro. Busque tener la información de los objetivos que se esperan sean logrados diariamente, semanalmente, mensualmente, trimestralmente y a final del curso escolar. Es importante que el niño tenga un mensaje claro. Que sepa por ejemplo que "hoy" irá a la escuela a compartir con sus amiguitos, a leer su composición acerca los dinosaurios, etc. Otro ejemplo es que las metas pueden ser semanales, dígale al niño que esta semana es importante porque aprenderán las bases para aprender a multiplicar, que tendrán las prácticas para el examen final de literatura, etc.

A medida que el niño crezca y se vaya formando como adolescente, los padres necesitamos mostrarle que el aprendizaje es un modo de vivir. Busquemos inculcarle una curiosidad constante de análisis y un disfrute pleno del saber. Este adolescente deberán llegar a la madurez necesaria para entender las metas escolares que se esperan de él (para esto se necesita mantener una comunicación constante entre el alumno, el maestro y los padres). Los logros académicos deben ser individuales, ya que cada niño posee distintas capacidades para el aprendizaje. No permita que se establezcan metas a nivel competitivo entre hermanos, amistades o acorralándolo a una meta que usted simplemente como padre se ha empeñado que debe ser. Recuerde en todo momento la motivación y decirle elogios ante su constante esfuerzo.

La actividad de enseñanza y de aprendizaje debe tener un valor, un orden, un esquema y debe convertirse en un modo natural de vida. Debe darse de manera natural, espontanea, relajada y de disfrute. Es importante que los padres conversen con sus hijos ya adolescente, haciéndoles ver el futuro profesional y laborar. No es cuestión de llegar a la universidad y recibir la corona profesional. Ese es el comienzo a un compromiso más en donde se necesitaran las herramientas y la participación activa de manera independiente.

Los padres tenemos la tarea de estimular sus intereses, sus inclinaciones, cultivarle la inteligencia, ofrecerle apoyos e incentivos. Debemos ser seres inspiradores, modelos y ejemplos a seguir. Cuando establezca las metas escolares recuerde fraccionarlas. Aplique el plan de estudio y a medida que el niño vaya madurando, tendrá la suficiente independencia para escoger que quiere aprender y tendrá el control. Busque la manera de enseñarle la pasión para aprender y a disfrutar lo que hace. Haga que descubra en él un ser apasionado y que desarrolle la persistencia para lograrlo.

En el caso escolar ocurre lo mismo. A los más pequeñines, solo le basta saber que al terminar los 30 minutos de la clase, tendrán una recompensa concreta por parte de su maestra. Su necesidad de reconocimiento o premio es su motivación inmediata. A medida que el niño crece, cada vez se distancian los reconocimientos y los premios, pero estos no deben desaparecer por más grandes que ellos se encuentren. Por ejemplo, el niño hará la tarea del día porque sabe que tendrá el privilegio de ir al parque a jugar con sus amigos o los adolescentes sabrán que dependiendo de sus calificaciones del lapso podrán ir a la fiesta en donde asistirán sus amigos. Si bien es cierto que estudiar es el deber del niño, también es cierto que los padres tenemos el deber de guiar a nuestros hijos a enfrentar las exigencias y enseñarles a aprovechar las oportunidades de la sociedad moderna. Recuerde que estamos formando seres que se integraran a la vida laboral y para hacerlo de manera exitosa, tendrán que permanecer conscientes, pacientes, consistentes y persistentes en cada uno de los pasos que formen las bases y que consoliden estas metas.

Estimulemos a nuestros hijos a tener hambre de conocimientos, de progresos, de aprendizaje, más que hambre de triunfo. El éxito vendrá por añadidura, pero sin olvidar alimentar la mente, el corazón y el espíritu. El niño no debe ser un alma deambularte que se llena de puntuaciones o calificaciones. El niño debe desarrollante como un ser completo e integrado a sí mismo y a la sociedad.

Monday, January 25, 2010

Psicopedagogía vs. Tutor académico.

Cuando se trata de buscar ayuda para la dificultad de aprendizaje, debemos tener en cuenta las características individuales del niño y de sus necesidades, para poder diferenciar si la ayuda debe ser dada por un tutor o por un psicopedagogo.

El tutor mira al individuo como alumno y se encarga de ayudarlo en un área específica del currículo escolar; generalmente busca preparar al alumno para enfrentar con éxito las pruebas académicas del grado, reforzándole los conceptos de la materia.

El psicopedagogo, ve al individuo como paciente y se encarga de evaluar en dónde se encuentra la dificultad en el aprendizaje y provee recursos para que el aprendizaje sea más fluido y menos traumático. Este profesional desarrolla un plan general en donde se fortalecen las funciones cognitivas y ayuda al niño a desarrollar su pensamiento lógico a través de diversas herramientas y técnicas. Rehabilita en el niño las áreas cognitivas o fortalece otras que ayudan o compensan las funciones, para engranar los conocimientos de diversas materias escolares y lograr así que el paciente mejore su desempeño escolar, reconquiste su autoestima y cierta independencia.

El psicopedagogo está capacitado para aplicar diversas pruebas que puedan detectar alteraciones en el proceso de aprendizaje del niño. Es un formador de estrategias individuales, que le permite al niño descubrir y utilizar sus propios recursos para compensar sus problemas de aprendizaje. Las estrategias son propuestas ya aplicadas a un plan de acción o tratamiento, la idea es poder canalizar al niño a un proceso de aprendizaje eficiente e independiente. El psicopedagogo identifica el perfil particular de cada niño y ajusta el entrenamiento a las características necesarias para el impulso escolar que éste necesita.

Detectar alteraciones en el aprender, proponer, aplicar estrategias de tratamiento y efectuar pronósticos de evolución, es lo que lo hace un profesional distinto al tutor académico.

Generalmente se busca la participación del psicopedagogo dentro de la institución escolar (formando parte del gabinete escolar) o dentro de consultorios privados (nivel clínico-particular) para abordar y orientar el aprendizaje de niños, aunque también está capacitado para llevar a cabo su labor con adolescentes y adultos. Este último puede encontrarse en el departamento de recursos humanos, dedicado al aprendizaje laboral.

El psicopedagogo clínico cuenta con recursos y herramientas que le permiten utilizar test estandarizados que le arrojan información objetiva para evaluar distintas áreas que comprometen el aprendizaje y así detectar, prevenir y tratar problemas de aprendizaje en el paciente. La experiencia y los conocimientos son otros factores que favorecen en el momento de interpretar de los resultados, para llegar al diagnostico preciso y establecer un pronóstico junto al plan de tratamiento. Este trabajo muchas veces y dependiendo del caso, se da de forma multidisciplinaria junto al psicólogo, nutricionista, neurólogo, médico general, endocrinólogo, psiquiatra o terapeuta familiar

La psicopedagogía, como su nombre refiere, es una ciencia que fusiona la psicología y la pedagogía aplicada al campo de la educación. Proporciona métodos, técnicas y procedimientos para lograr un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado a las necesidades del individuo. El psicopedagogo debe estar junto al paciente y lograr que éste se encamine en sus funciones escolares y laborales de manera independiente, enseñándole a reconocer sus limitaciones, sus aptitudes, sus intereses, sus habilidades y sus capacidades.

El psicopedagogo, estudia las áreas cognitivas, afectivas y sociales, para poder fortalecerlas positivamente y lograr así un desarrollo sano. Este profesional requiere de conocimientos amplios sobre la neurociencia cognitiva, la neuropsicopedagogia y la conducta humana, para buscar entender el modo en cómo la mente del paciente procesa la información. Así mismo conoce de forma profesional los diferentes planes y diseños curriculares de la educación, manejo de la docencia y didáctica de procesos de enseñanza-aprendizaje. Está capacitado para incluir sujetos que deseen mejorar sus técnicas, sujetos discapacitados o sujetos con dotes superiores.

Friday, January 8, 2010

Los juguetes y los juegos

Si bien es cierto que los juegos electrónicos o videojuegos pueden ayudar a desarrollar en el niño la memoria, el concepto espacial, la rapidez visual, la velocidad de respuesta, etc., también tenemos que tener cuidado con la escogencia de estos juguetes y el tiempo que se pasa frente a ellos. Esta tecnología trunca toda posibilidad de imaginación y proyección en el niño, convirtiéndolo en un fiel seguidor automatizado, aislado y muchas veces frustrado por no llegar a alcanzar la meta o el record.

El juego es mucho más complejo de lo que pensamos. Por ejemplo, si se juega a las muñecas o a los carros, se tiene que crear una historia que tenga sentido, que tenga personajes con características, que se desarrolle en un tiempo y en un ambiente determinado, tener que agregarle fantasía y reproducir situaciones vistas. Algunos niños solamente poseen una habitación llena de juguetes esparcidos y aún así se quejan por estar aburridos. Muchas veces es que sencillamente no saben cómo utilizarlos, como crear una escena y dejar volar su imaginación. Los videojuegos son más sencillos para ellos, pues les indican las pautas claramente del juego (tiempo, objetivos, personajes, niveles o metas siguientes, fin del juego, etc.).

Es bueno que reconozcamos que por el hecho de ser un juego o unos juguetes, no quiere decir que todos sean adecuados para todo tipo de niños. Algunos de estos videojuegos agitan al niño y le detona un nivel de adrenalina que puede ser contraproducente para él. Otros niños que tienden a ser retraídos o de poca capacidad de lenguaje, se les ve mermada la función de interacción con otros chicos por el simple hecho de estar horas frente a estos juegos.

Cuando el videojuego es "compartido" con un amigo, vemos que el juego generalmente va muy rápido. El turno de uno de ellos se acaba cuando éste falla y su control o botón deja de funcionar. No hay oportunidad de diálogo, de una nueva oportunidad al contrincante, de análisis de la jugada, ni tiempo para compartir opiniones con el compañero en las decisiones tomadas; pues sencillamente el otro niño debe estar listo para arrancar su jugada. Se pueden pasar horas jugando pero no interactuando entre ellos.

Es tiempo que volvamos a retomar los juegos de mesa. Con estos juegos, el niño aprende a socializar mientras maneja emociones y las canaliza en sus conductas como por ejemplo: esperar su turno, respetar "la suerte" de otros, ser tolerante, tomar decisiones y al mismo tiempo que está aprendiendo, su mente fortalece funciones como el análisis, el cálculo, el lenguaje, la memoria, etc.

En los juegos de mesa el diálogo forma la parte fundamental. Los niños tienen que leer las instrucciones, interpretarlas y volver a ellas en caso de que la jugada sea dudosa. El tiempo de espera al turno muchas veces es cuestión de sentido común porque algunos juegos no tienen tiempo límite para los jugadores. Los jugadores pueden conversar de temas no relacionados al juego mientras se desarrolla la partida, afianzando lazos de compañerismo o de amistad.

Otros juegos que debemos tomar en cuenta son los juegos al aire libre, en lo que el niño ejercita su cuerpo y desarrolla balance, motricidad, velocidad de respuesta, camarería con sus compañeros, interacción sana y liberación de estrés. Hasta puede pasar un buen rato discutiendo con sus compañeros situaciones del juego, como por ejemplo: si la bola cayó dentro de la línea, si valió el punto o no, etc. Estos tipos de juegos le dará la oportunidad de poder debatir puntos de vista opuestos y tener que llegar a una conclusión para poder continuar el juego. Aquí no hay repetición automática, ni tablas digitales, ni sonidos que indiquen la posición de la bola o del jugador en el momento.

Hoy en día existe una gran gama de juguetes y juegos con fines educativos, sólo es cuestión de motivar al niño a sacar "el niño que lleva dentro".

¡A jugar!